Página 145 - La Verdad acerca de los Angeles (1997)

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Los ángeles y los demonios durante el ministerio de Cristo
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de inteligencia, y de ellos caían lágrimas de agradecimiento.—
El
Deseado de Todas las Gentes, 221
.
El sanamiento del siervo del Centurión
El centurión vio, con el ojo de la fe, que los ángeles de Dios
estaban alrededor de Jesús, y que éste podía comisionar a un ángel
para acercarse al sufriente. Creía que sus palabras podían penetrar
la habitación del siervo y sanarlo.—
The Review and Herald, 11 de
marzo de 1890
.
Los endemoniados de Gadara
Por la mañana temprano, el Salvador y sus compañeros llegaron
a la orilla... Desde algún escondedero entre las tumbas, dos locos
echaron a correr hacia ellos como si quisieran despedazarlos. De sus
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cuerpos colgaban trozos de cadenas que habían roto al escapar de
sus prisiones. Sus carnes estaban desgarradas y sangrientas donde
se habían cortado con piedras agudas. A través de su largo y en-
marañado cabello, fulguraban sus ojos; y la misma apariencia de
la humanidad parecía haber sido borrada por los demonios que los
poseían, de modo que se asemejaban más a fieras que a hombres.
Los discípulos y sus compañeros huyeron aterrorizados; pero
al rato notaron que Jesús no estaba con ellos y se volvieron para
buscarle. Allí estaba donde le habían dejado. El que había calmado
la tempestad, que antes había arrostrado y vencido a Satanás, no
huyó delante de esos demonios. Cuando los hombres, crujiendo
los dientes y echando espuma por la boca, se acercaron a él, Jesús
levantó aquella mano que había ordenado a las olas que se calmasen,
y los hombres no pudieron acercarse más. Estaban de pie, furiosos,
pero impotentes delante de él.
Con autoridad ordenó a los espíritus inmundos que saliesen. Sus
palabras penetraron las oscurecidas mentes de los desafortunados.
Vagamente, se dieron cuenta de que estaban cerca de alguien que
podía salvarlos de los atormentadores demonios. Cayeron a los pies
del Salvador para adorarle; pero cuando sus labios se abrieron para
pedirle misericordia, los demonios hablaron por su medio clamando