Página 161 - La Verdad acerca de los Angeles (1997)

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Los ángeles desde la resurrección hasta la ascensión de Cristo
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sepulcro. La tierra se sacudió y tembló mientras ellos llegaban, y se
produjo un gran terremoto.—
Spiritual Gifts 1:66
.
El rostro que miran [los soldados romanos] no es el rostro de un
guerrero mortal; es la faz del más poderoso ángel de la hueste del
Señor. Este mensajero es el que ocupa la posición de la cual cayó
Satanás. Es aquel que en las colinas de Belén proclamó el nacimiento
de Cristo. La tierra tiembla al acercarse, huyen las huestes de las
tinieblas.—
El Deseado de Todas las Gentes, 725
.
El ángel se aproximó a la tumba, apartó la piedra como si hubiera
sido un guijarro, y se sentó sobre ella. La luz del cielo rodeó la
tumba y todo el cielo fue iluminado con la gloria de los ángeles.—
Comentario Bíblico Adventista 5:1085
.
[213]
El comandante angélico tomó la gran piedra que había requerido
la participación de muchos hombres fuertes para ponerla en su lugar,
la removió, y se sentó sobre ella. Su compañero entró al sepulcro, y
quitó los lienzos que envolvían el rostro y la cabeza de Jesús.
Entonces el poderoso ángel, con una voz que sacudió la tierra,
dijo: “Jesús, Hijo de Dios, tu Padre te llama”. Y Aquel que había
ganado el poder de vencer la muerte y la tumba, salió del sepulcro
como Conquistador, en medio de las contorsiones de la tierra, el
fulgor de los relámpagos y el sonido de los truenos.—
The Spirit of
Prophecy 3:192
.
Aquel que dijo: “Yo pongo mi vida, para volverla a tomar” (
Juan
10:17
), salió de la tumba a la vida que estaba en sí mismo. La
humanidad murió; la divinidad no lo hizo. En su divinidad, Cristo
poseía el poder para quebrar los lazos de la muerte.—
The Youth’s
Instructor, 4 de agosto de 1898
.
La Deidad fulguró mientras Cristo salía de la tumba, y se le-
vantaba triunfante sobre la muerte y el sepulcro.—
The Signs of the
Times, 30 de mayo de 1895
.
[A] los guardias romanos... se les dio fuerza para que soportaran
el espectáculo, pues tenían que dar un mensaje como testigos de la
resurrección de Cristo.—
Comentario Bíblico Adventista 5:1085
.
Los guardias se llenaron de un terrible temor. ¿Dónde había
quedado su poder para cuidar el cuerpo de Cristo? Su temor no estaba
relacionado al cumplimiento de su deber ni a la preocupación de que
los discípulos pudieran llevarse el cuerpo. Su temor y asombro se
[214]
debía al brillo excelso de los ángeles que los rodeaban y refulgían