Página 185 - La Verdad acerca de los Angeles (1997)

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Los ángeles desde el Pentecostés hasta los últimos días
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temor y reverencia, cayó a los pies del ángel para adorarle. El ángel
lo levantó inmediatamente y en suave reproche le dijo: “Mira, no
lo hagas; yo soy consiervo tuyo, y de tus hermanos que retienen el
testimonio de Jesús. Adora a Dios; porque el testimonio de Jesús es
el espíritu de la profecía”.
Apocalipsis 19:10
.
Entonces el ángel mostró a Juan la santa ciudad con todo su
esplendor y radiante gloria. Juan quedó embelesado con la gloria de
la ciudad; y sin recordar el reproche recibido, se postró otra vez a los
pies del ángel. Otra vez oyó el suave reproche: “Mira, no lo hagas;
porque yo soy consiervo tuyo, de tus hermanos los profetas, y de los
que guardan las palabras de este libro. Adora a Dios”.
Apocalipsis
22:9
.—
Spiritual Gifts 1:130-131
.
Cristo, el Mensajero real, visitó a Juan en su isla desierta y le
dio las más extraordinarias revelaciones de sí mismo.—
The Signs
of the Times, 3 de marzo de 1890
.
El ángel poderoso que instruyó a Juan era nada menos que Cristo.
Cuando coloca su pie derecho en el mar y su pie izquierdo sobre la
tierra seca, muestra la parte que desempeña en las escenas finales
del gran conflicto con Satanás. Esta posición denota su supremo
poder y autoridad sobre la tierra. El conflicto se ha intensificado
y agudizado de una época a otra, y seguirá intensificándose hasta
las escenas finales, cuando la obra magistral de los poderes de las
tinieblas llegará al máximo. Satanás junto con los hombres impíos,
engañará a todo el mundo y a las iglesias que no reciban el amor de
la verdad. Pero el ángel poderoso exige atención. Clama en alta voz.
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Debe mostrar el poder y la autoridad de su voz a aquellos que se han
unido con Satanás para oponerse a la verdad.—
Comentario Bíblico
Adventista 7:982
.
Ángeles en la edad media
En el siglo XIII se estableció la más terrible de las maquinacio-
nes del papado: la Inquisición. El príncipe de las tinieblas obró de
acuerdo con los jefes de la jerarquía papal. En sus concilios secretos,
Satanás y sus ángeles gobernaron los espíritus de los hombres per-
versos, mientras que invisible acampaba entre ellos un ángel de Dios
que llevaba apunte de sus malvados decretos y escribía la historia de