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La Verdad acerca de los Angeles
La batalla de Manassas
Tuve una visión de la desastrosa batalla de Manassas, Virginia.
Fue una escena tensa y nerviosa. Los ejércitos del Sur tenían todo a
su favor y estaban preparados para una lucha terrible. Los ejércitos
del Norte se movían triunfantes, sin dudar que serían victoriosos.
Muchos marchaban orgullosos y displicentes como si la victoria
ya fuera de ellos. Cuando llegaron al campo de batalla, ya muchos
estaban desvaneciéndose de cansancio y falta de agua. No espera-
ban un enfrentamiento tan fiero. Entraron en batalla y pelearon con
bravura, casi con desesperación. Se veían muertos y moribundos
en ambos bandos. Tanto el Norte como el Sur sufrieron muchas
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bajas. Los soldados sureños comenzaron a sentir el rigor de la ba-
talla, y en poco tiempo más hubieran comenzado a retroceder aun
más. Los norteños avanzaban aunque sus bajas eran muy grandes.
Entonces, un ángel descendió y movió sus manos indicando hacia
atrás. Instantáneamente hubo confusión en las filas. A los hombres
del Norte les pareció que sus tropas estaban en retirada, aunque en
realidad no lo estaban. Precipitadamente comenzó una retirada de
sus tropas.—
Testimonies for the Church 1:266-267
.
El gerente de un sanatorio
En mis sueños, estaba en el sanatorio [Health Retreat]. Mi guía
me dijo que tomara nota de todo lo que viese y escuchase. Estaba
en un lugar alejado donde no podía ser vista, pero podía ver todo
lo que ocurría en la habitación. Los pacientes estaban arreglando
cuentas con usted y se quejaban de las grandes sumas debitadas por
tratamientos, honorarios y alojamiento. Lo escuché rehusarse, con
voz firme y decidida, a rebajar las cuentas. Estaba asombrada de que
los costos fuesen tan altos. Usted parecía ser el poder controlador.
Vi que su manera de actuar, formaba una impresión negativa acer-
ca de la institución en aquellos que estaban arreglando las cuentas.
Algunos de sus hermanos trataban de mostrarle que su actuación no
era sabia ni justa, pero usted se mantenía firme como una roca. Decía
que usted lo hacía por el bien de la institución; pero vi que algunas
personas dejaban el sanatorio mucho menos que satisfechas...