Página 211 - La Verdad acerca de los Angeles (1997)

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Los ángeles en la crisis final
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en el pueblo de Dios observador de sus mandamientos, se sienten
presa de consternación y tiemblan de terror. Sus llantos dominan
el ruido de los elementos. Los demonios confiesan la divinidad de
Cristo y tiemblan ante su poder, mientras que los hombres claman
por misericordia y se revuelcan en terror abyecto.—
Seguridad y Paz
en el Conflicto de los Siglos, 693-696
.
La segunda venida de Cristo
Cristo viene con poder y grande gloria. Viene con su propia
gloria y con la gloria del Padre. Viene con todos los santos ángeles.
Mientras todo el mundo esté sumido en tinieblas, habrá luz en toda
morada de los santos. Ellos percibirán la primera luz de su segunda
venida.—
Palabras de Vida del Gran Maestro, 346
.
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Pronto aparece en el este una pequeña nube negra, de un tamaño
como la mitad de la palma de la mano. Es la nube que envuelve
al Salvador y que a la distancia parece rodeada de oscuridad. El
pueblo de Dios sabe que es la señal del Hijo del hombre. En si-
lencio solemne la contemplan mientras va acercándose a la tierra,
volviéndose más luminosa y más gloriosa hasta convertirse en una
gran nube blanca, cuya base es como fuego consumidor, y sobre
ella el arco iris del pacto. Jesús marcha al frente como un gran
conquistador.—
Seguridad y Paz en el Conflicto de los Siglos, 698
.
No hay lenguaje humano que pueda describir las escenas de
la segunda venida del Hijo del hombre en las nubes del cielo...
Vendrá revestido del manto de luz que lo rodea desde los días de la
eternidad.—
The Review and Herald, 5 de septiembre de 1899
.
Una santa compañía de ángeles, con sus coronas resplandecientes
sobre sus cabezas, lo escolta en su venida.—
Spiritual Gifts 1:206-
207
.
Entre las oscilaciones de la tierra, las llamaradas de los relám-
pagos y el fragor de los truenos, el Hijo de Dios llama a la vida
a los santos dormidos. Dirige una mirada a las tumbas de los jus-
tos, y levantando luego las manos al cielo, exclama: “¡Despertaos,
despertaos, despertaos, los que dormís en el polvo, y levantaos!”...
Todos salen de sus tumbas de igual estatura que cuando en
ellas fueran depositados. Adán, que se encuentra entre la multitud
resucitada, es de soberbia altura y formas majestuosas, de porte