Los ángeles antes y después del diluvio
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era de tinieblas religiosas, fue una edad de grandes luces. Todo el
mundo tuvo la oportunidad de recibir instrucción de Adán y los
que temían al Señor tuvieron también a Cristo y a los ángeles por
maestros.—
Historia de los Patriarcas y Profetas, 70
.
En aquellos días [antes del diluvio], los hombres vivían cerca de
mil años, y los ángeles los visitaban con instrucciones directas de
Cristo.—
Mensajes Selectos 1:271
.
Enoc
Enoc escuchó de labios de Adán la dolorosa historia de la caída
y la preciosa historia de la condescendiente gracia de Dios, ofrecida
en el don de su Hijo como Redentor del mundo. La creyó y con-
fió en ella. Enoc era un hombre santo; servía a Dios con corazón
indiviso. Al ver la corrupción de la familia humana, se apartó de
los descendientes de Caín y los reprobó por su gran maldad... Su
alma se disgustaba al verlos cada día pisotear la autoridad de Dios...
Decidió apartarse de ellos y dedicar la mayor parte de su tiempo
a la reflexión y a la oración. Esperaba en Dios y oraba para com-
prender su voluntad más perfectamente a fin de poder cumplirla.
Dios se comunicaba con Enoc a través de los ángeles y le daba la
divina instrucción. Le hizo saber que no contendería con la rebelión
del hombre para siempre, sino que era su propósito destruir la raza
pecaminosa mediante un diluvio que caería sobre la tierra.
El Señor desplegó más ampliamente ante Enoc el plan de sal-
vación. Mediante el espíritu de profecía, lo condujo a través de las
generaciones que vivirían después del diluvio, y le mostró los gran-
des eventos relacionados con la segunda venida de Cristo y el fin del
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mundo.
Enoc tenía interrogantes en relación al estado de los muertos. Le
parecía que tanto los justos como los impíos llegarían a su fin en el
polvo de la tierra; no podía percibir la vida de los justos más allá
de la tumba. En visión profética fue instruido acerca del sacrificio
del Hijo de Dios por el hombre, y su venida en las nubes del cielo
acompañado de la hueste angélica, para dar vida a los justos muertos
y rescatarlos de la tumba...
Enoc repitió fielmente a la gente todo lo que se le había revelado
a través del espíritu de profecía. Algunos creyeron sus palabras y