Los ángeles desde el Sinaí hasta la toma de Jericó
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murmuraciones y espíritu quejoso, lo había llevado a apartarse de
lo recto y cometer un pecado que no le permitiría entrar en la tierra
prometida. Los ángeles agregaron que, aunque él sufría con esto,
el mayor sufrimiento le había sido provocado a Cristo, el Dirigente
invisible del pueblo, contra quien ellos habían pecado...
Los mensajeros celestiales también se refirieron a los sacrificios
y ofrendas que señalaban hacia la crucifixión de Cristo, y abrieron
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ante la mente de Moisés los eventos que ocurrirían en el futuro...
¡Qué escena se habrá desarrollado en la cumbre del Pisga cuando
el cuadro de la crucifixión fue presentado ante Moisés!... Las vistas
panorámicas que pasaban delante de él le permitieron presenciar
los sufrimientos del Angel que había conducido a los israelitas a
través del desierto, y los había guiado en su peregrinaje de Egipto a
Canaán... Cuando presenció la ascensión del Salvador, y se vio a sí
mismo abriéndole las puertas eternas, ¡qué cambio se produjo en la
expresión de su rostro!...
Moisés vio la tierra ya purificada por el fuego y limpiada de todo
vestigio de pecado. La vio renovada, sin las marcas de la maldición,
y entregada a los santos para que la posean para siempre jamás...
Mientras Moisés presenciaba esta escena, su rostro reflejaba gozo y
triunfo. Con todos los ángeles que lo rodeaban, se sintió parte de la
escena que estaba delante de él.—
Manuscript Releases 10:151-159
.
Después de haber contemplado Canaán a su satisfacción, se
reclinó a descansar como un guerrero fatigado. Lo asaltó el sueño,
pero era el sueño de la muerte. Los ángeles tomaron su cuerpo y
lo sepultaron en el valle. Los israelitas nunca pudieron encontrar el
lugar donde fue sepultado...
Satanás se alegró muchísimo de haber conseguido éxito al lograr
que Moisés pecara contra Dios. Por causa de esa transgresión cayó
bajo el dominio de la muerte. Si hubiera seguido siendo fiel, y su
vida no hubiera sido malograda por esa única transgresión, al no dar
gloria a Dios cuando salió agua de la roca, podría haber entrado en
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la tierra prometida y haber sido trasladado al cielo sin pasar por la
muerte. Miguel, o sea Cristo, y los ángeles que sepultaron a Moisés,
descendieron del cielo después que permaneció en la tumba por
algún tiempo y lo resucitaron para llevarlo al cielo.—
La Historia de
la Redención, 177
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