Página 97 - La Verdad acerca de los Angeles (1997)

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Los ángeles desde el tiempo de los jueces hasta el primer reinado
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amaba a Dios; mantenía su alma en tan íntima relación con el cielo,
que se envió a un ángel para hablar con él acerca de los pecados de
los hijos de Elí que estaban corrompiendo a Israel.—
Joyas de los
Testimonios 1:399
.
Las transgresiones de los hijos de Elí eran tan atrevidas y pro-
fanas... que ningún sacrificio podía expiar sus pecados voluntarios.
Estos sacerdotes pecaminosos profanaban los sacrificios que sim-
bolizaban al Hijo de Dios... Estos pecadores condujeron el arca al
campamento de Israel...
Dios permitió que su arca fuera tomada por los enemigos, para
mostrar a Israel cuán vano era confiar en el arca como símbolo
de la presencia de Dios, mientras se profanaran los mandamientos
contenidos en el arca...
[123]
Los filisteos creían que al conquistar el arca, conquistaban al
dios de los Israelitas, que había producido señales y maravillas y
había sido el terror de sus enemigos. Llevaron el arca a Asdod,
y la colocaron en un espléndido templo junto al más popular de
sus dioses: Dagón. A la mañana siguiente, cuando los sacerdotes
entraron al templo, quedaron aterrorizados al encontrar a su dios
caído cabeza abajo ante el arca... Los ángeles de Dios que siempre
acompañaban el arca, postraron al inconsciente ídolo y lo mutilaron,
para mostrar que el Dios viviente está por encima de todos los dioses,
y que éstos son nada delante de él.—
Spiritual Gifts 4a:106-107
.
Los hombres de Bet-semes difundieron prestamente la noticia de
que el arca estaba en su posesión, y la gente de la tierra circundante
acudió a dar la bienvenida al arca. Esta había sido colocada sobre la
piedra que primero sirvió de altar, y ante ella se ofrecieron al Señor
otros sacrificios adicionales. Si los adoradores se hubieran arrepen-
tido de sus pecados, la bendición de Dios los habría acompañado.
Pero no estaban obedeciendo fielmente a su ley; y aunque se regoci-
jaban por el regreso del arca como presagio de bien, no reconocían
verdaderamente su santidad. En vez de preparar un sitio apropia-
do para recibirla, permitieron que permaneciera en el campo de la
mies. Mientras continuaban mirando la sagrada arca, y hablando de
la manera maravillosa en que les había sido devuelta, comenzaron
a hacer conjeturas acerca de donde residía su poder especial. Por
último, vencidos por la curiosidad, quitaron los envoltorios de ella,
y se atrevieron a abrirla...
[124]