Página 102 - La Voz

Basic HTML Version

Capítulo 28—El discernimiento en el reproche
Un mensaje de verdad
—Si alguna vez, un pueblo necesitó
caminar con Dios como lo hizo Enoc, los adventistas del séptimo día
necesitan hacerlo ahora, mostrando su sinceridad mediante palabras
puras, limpias, llenas de simpatía, ternura y amor.
Hay ocasiones en que se necesitan palabras de reproche y censu-
ra. Los que están fuera del camino correcto, deben ser despertados
para que vean el peligro. Necesitan un mensaje que los saque del
letargo que encadena sus sentidos. Debe efectuarse una renovación
moral, o las almas perecerán en sus pecados. Que el mensaje de
verdad, como espada aguda de dos filos, atraviese el corazón. Ha-
gamos apelaciones que despierten a los descuidados, y lleven a las
mentes necias y extraviadas, de regreso a Dios.—
Testimonies for
[155]
the Church 7:155
.
Reprendamos con amor
—Al tratar de corregir o reformar a
otros, debiéramos cuidar nuestras palabras. Ellas serán un sabor
de vida para vida, o de muerte para muerte. Al dar reprensiones o
consejos, muchos se permiten un lenguaje mordaz y severo, palabras
no apropiadas para sanar el alma herida. Por estas expresiones im-
prudentes, se crea un espíritu receloso, y a menudo los que yerran,
son incitados a la rebelión. Todos los que defienden los principios de
verdad, necesitan recibir el celestial aceite del amor. En toda circuns-
tancia, la reprensión debe ser hecha con amor. Entonces, nuestras
palabras reafirmarán sin exasperar. Cristo proporcionará por medio
de su Espíritu Santo la fuerza y el poder. Esta es su obra.—
Palabras
de Vida del Gran Maestro, 271, 272 (PP), 236 (ACES)
.
La así llamada franqueza, una forma de egoísmo
—Hay per-
sonas que se enorgullecen de ser abiertas, rudas, descorteses y a eso
le llaman franqueza; pero ese nombre no es correcto, es egoísmo
de la peor clase. Estas personas pueden tener virtudes; pueden ser
liberales y tener impulsos generosos; pero sus modales descorteses,
los hacen casi insoportables. Ellos critican, hieren, dicen cosas des-
agradables. ¿Aprobará Jesús los caracteres que están cultivando?
98