Página 154 - La Voz

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La Voz: Su Educación y Uso Correcto
funda dedicación y mucho estudio. Esto es necesario con el fin de
hablar en forma hilvanada, clara y convincente, destacando todos
los puntos importantes en forma tan clara, que todo se comprenda
perfectamente.—
Carta 185, 1899
.
[236]
Una secuencia lógica de ideas
—Algunas mentes, se parecen
más a una tienda de antigüedades que a cualquier otra cosa. Han
recogido y almacenado trozos sueltos de información, pero no saben
cómo presentarlos en forma clara y bien hilvanada. Lo que da valor
a estas ideas es la relación que tienen unas con otras. Cada idea
y declaración debieran estar unidas tan estrechamente, como los
eslabones de una cadena. Cuando un ministro arroja un montón
de conceptos ante la gente, para que ésta los recoja y los ponga en
orden, sus esfuerzos se han perdido, porque hay pocos que harán tal
cosa.—
El Evangelismo, 471
.
Algunos puntos esenciales a la vez
—La verdad es, en sus ca-
racterísticas y obra, tan diferente de los errores populares que se
predican desde el púlpito, que cuando se presenta a la gente, casi
pierden la respiración y los sentidos. Es un alimento fuerte y debiera
tratarse con sensatez; entonces, los que escuchen, si usted se detiene
cuando debe, estarán ansiosos de escuchar más.
Dios ha hecho a sus mensajeros los depositarios de su verdad,
equilibrada e importante, y cuyos resultados son eternos. La luz debe
brillar entre la oscuridad moral para revelar el pecado y el error. La
verdad debiera ser presentada punto tras punto. Debe hablarse en
forma inteligible y con una pronunciación clara, destacando pocas
cosas esenciales; entonces será como un clavo fijado en un lugar
seguro, por el Maestro de obra.
[237]
El predicador, debería tratar de estar imbuido de comprensión
y simpatía hacia la gente. No ponga la barandilla tan alta que la
gente no pueda seguirlo. Por lo general, esto no será conveniente
para enseñar la verdad.—
Carta 7, 1885
.
Cosas nuevas y viejas de la tesorería de Dios
—Los ministros
necesitan usar una forma más clara y sencilla, para presentar la
verdad como es en Jesús...
Los que descuidan esta parte de la obra, necesitan convertirse
ellos mismos, antes de aventurarse a dar un discurso. Aquellos cuyo
corazón está lleno del amor de Jesús, con las preciosas verdades de su
Palabra, podrán sacar de la tesorería de Dios cosas nuevas y viejas.