Página 160 - La Voz

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Capítulo 41—La seriedad y la seguridad
Seguridad en la presentación de la preciosa verdad
—La Pa-
labra de Dios debe ser administrada con espíritu y con vida. Sig-
nifica vida eterna, para todos los que la reciban. Una presentación
insubstancial y dudosa no hará bien. Mejore sus maneras, su voz, su
formalidad y seguridad, como si usted supiera lo que está hacien-
do. Debemos asirnos más de la fe, mucho más de lo que hacemos
ahora. Podemos tener las verdades más preciosas, pero presentarlas
de una manera tan insubstancial y dudosa, con una interpretación
tan apagada, que se pierda todo el significado de la preciosa verdad
que tenemos, y el poder de impresionar los corazones y despertar
las conciencias, porque nuestros propios corazones no asimilan las
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advertencias solemnes. ¿Creemos en la Biblia? Si lo hacemos, lo
revelaremos.—
Carta 1a, 1896
.
El ánimo en la predicación y la oración
—Tenga en mente
que ser un ministro, no quiere decir que debe sermonear mucho.
Hermanos, les suplico que mantengan sus propias almas en el amor
de Dios, y nunca permitan que se seque el manantial. Los discursos
fríos y tristes matarán a la iglesia. Lleve ánimo a sus palabras y
oraciones. No se deben presentar sermones de pacotilla, y faltos
de fe. La verdad que mora en el corazón, santificando el alma, le
dará ansias de alimentarse de Cristo, el Pan de Vida, y a medida
que comparte el maná celestial, podrá decir: “Oídme atentamente, y
comed del bien, y se deleitará vuestra alma con grosura”. Que todas
sus energías se conviertan en habilidades consagradas. El Señor
quiere que usted represente la verdad como es en Jesús. Que no
exista una batalla por la supremacía.—
Carta 1a, 1896
.
La certidumbre nace de la convicción
—No presenten la ver-
dad de una manera formal, sino dejen que el corazón sea vitalizado
por el Espíritu de Dios, y que sus palabras sean habladas con tal
certidumbre, que los que escuchen, puedan saber que la verdad es
una realidad para usted. Sus modales pueden ser educados, y sus
palabras pueden ser de tal naturaleza que expresen las palabras de
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