Página 162 - La Voz

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La Voz: Su Educación y Uso Correcto
induzcan a los pecadores a buscar refugio en Cristo”.—
Obreros
Evangélicos, 181, 182
.
Un poder irresistible para conmover los corazones
—El mis-
mo tono de voz, la mirada, las palabras, debieran tener un poder
irresistible para conmover el corazón y controlar la mente. Jesús
debiera encontrarse en el corazón del ministro. Si Jesús está en sus
palabras y en el tono de su voz, si se dulcifican con tierno amor, pro-
bará ser una bendición de más valor que todas las riquezas, placeres
y glorias de la tierra; pero dichas bendiciones no irán ni vendrán sin
realizar una obra.—
Testimonies for the Church 3:32
.
Un fervor vivaz
—Dios requiere un fervor vivaz. Puede ser que
los ministros no sean muy versados en los libros; pero si hacen lo
mejor que pueden con los talentos que poseen, si trabajan a medida
que tienen la oportunidad de hacerlo, si presentan sus declaracio-
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nes con lenguaje sencillo, si son humildes y andan con cuidado y
mansedumbre, buscando la sabiduría celestial, trabajando para Dios
de todo corazón, y actúan impulsados por un motivo predominante,
el amor a Cristo y a las almas por las que él murió, entonces serán
escuchados por los hombres, y aun por los que tienen capacidades
y talentos superiores. Habrá un encanto en la sencillez de las ver-
dades que presentan. Cristo es el mayor maestro que el mundo ha
conocido.—
Mensajes Selectos 2:172
.
La energía en la presentación de la Biblia
—Debemos com-
prender definitivamente que somos ineficaces e impotentes, y luego
confiar plenamente en Jesús. Esto debería mantenernos serenos y
resueltos en nuestras palabras, y en nuestro comportamiento. La
agitación manifestada por un orador no es señal de poder, sino de
debilidad. El fervor y la energía son cualidades esenciales en la
presentación bíblica del Evangelio.—
Mensajes Selectos 2:67, 68
.
El tamaño del auditorio no es lo más importante
—Recordad
que estáis cooperando con agentes divinos—agentes que nunca
fracasan. Hablad con tanto fervor, fe e interés como si hubiese
millares para oír vuestra voz.—
Obreros Evangélicos, 176
.
Tonos decididos y conmovedores
—A toda nación, tribu, len-
gua y pueblo se han de proclamar las nuevas del perdón de Cristo.
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El mensaje ha de ser dado, no con expresiones atenuadas y sin vida,
sino en términos claros, decididos y conmovedores. Centenares están