Página 170 - La Voz

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La Voz: Su Educación y Uso Correcto
cipar en esta obra hasta que den evidencia de una reforma completa.
Una sola palabra hablada indiscretamente puede hacer más daño
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que el bien que puede hacer toda una serie de reuniones. Ellos aban-
donan las normas de la verdad, que debieran ser siempre exaltadas,
rebajándolas al polvo delante de la comunidad. Por lo general, sus
conversos no están por sobre la norma presentada a ellos por los
ministros. Los hombres que están situados entre los vivos y los
muertos, debieran ser verdaderamente rectos. El ministro no debiera
bajar la guardia, ni un solo instante. El está laborando para elevar
a otros y llevarlos hasta la plataforma de la verdad. Que demuestre
a otros que la verdad ha hecho algo por él. El debiera ver el mal
ocasionado por estas expresiones descuidadas, ásperas y vulgares, y
debiera poner a un lado y despreciar cualquier cosa de esta índole.
A menos que lo haga, sus conversos lo imitarán.—
Testimonies for
the Church 1:445, 446
.
Puertas cerradas
—Que todos tengan en mente, que no esta-
mos en posición de invitar a la persecución. No debemos emplear
palabras ásperas y cortantes. Hay que mantenerlas fuera de toda
comunicación escrita, hay que eliminarlas de toda presentación oral.
Que la Palabra de Dios sea la que cercene, la que reproche; que
los hombres finitos se escuden y moren en Jesucristo. Permitan que
el Espíritu de Cristo aparezca. Que todos guarden sus palabras, no
sea que coloquen en posición mortal contra nosotros a los que no
son de nuestra fe, y den a Satanás la oportunidad de usar palabras
imprudentes que entorpezcan nuestro camino. “No hagáis nada antes
de tiempo”. Cuando Dios da un mensaje terminante y cortante, viene
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de él, no está incitado por el impulso de seres finitos. El corte y la
censura que el hombre realiza con la espada de dos filos, obstaculi-
zarán nuestro camino, de manera que encontremos puertas cerradas
firmemente contra nosotros.—
Manuscrito 79
.
No hagan referencia a lo que dicen los oponentes
—El Espí-
ritu Santo aplicará al alma la palabra que se habla con amor. Pero
entendamos que no hacemos ningún bien cuando la voz o la pluma
expresan asperezas, o aun manifiestan la verdad de manera áspera.
No demos lugar a la pasión humana, no sea que la verdad sea mal
interpretada, mal comprendida y mal aplicada. La verdad hablada
bajo la absoluta influencia de la gracia de Cristo, tendrá un poder
que dará vida. El plan de Dios es alcanzar primero el corazón. Hable