Página 180 - La Voz

Basic HTML Version

176
La Voz: Su Educación y Uso Correcto
y esto no está de acuerdo con el evangelio de Cristo. Media hora, y
hasta un cuarto de hora, es ya demasiado. Unos pocos minutos son
suficientes para presentar su caso ante Dios, y decirle lo que quieran;
y usted puede llevar a la gente consigo, y no aburrirlas, ni disminuir
su interés en la devoción y la oración. Estas oraciones pueden ser
refrescantes y fortalecedoras, en lugar de agotadoras.
Son muchos los errores cometidos en las reuniones religiosas
con largas oraciones y largas predicaciones, voz nerviosa, forzada,
con notas y tonos antinaturales. El ministro se agota y aflige a la
gente con ejercicio duro y penoso, y totalmente innecesario. Los
ministros deben hablar de manera que alcancen e impresionen a la
gente. Las enseñanzas de Cristo eran impresionantes y solemnes; su
voz era melodiosa. ¿No debiéramos nosotros estudiar la manera de
tener una voz melodiosa, como la que tenía Cristo?—
Testimonies
[280]
for the Church 2:617
.
Naturaleza específica de la oración en público
—Las oracio-
nes ofrecidas por los predicadores antes de sus discursos, son con
frecuencia largas e inadecuadas. Abarcan una larga lista de asuntos,
que no se refieren a las necesidades del momento, o de la gente.
Esas oraciones son adecuadas para la cámara secreta, pero no deben
ofrecerse en público. Los oyentes se cansan, y anhelan que el predi-
cador termine. Hermanos, llevad a la gente con vosotros en vuestras
oraciones. Id al Salvador con fe, decidle lo que necesitáis en esa
ocasión. Dejad que el alma se acerque a Dios con intenso anhelo,
en busca de la bendición necesaria en el momento.—
Testimonios
Selectos 4:41, 42
.
Oraciones secretas largas, oraciones en público cortas
—Las
oraciones largas son cansadoras para los que escuchan, y no preparan
a la gente para las instrucciones que han de seguir.
A menudo, el que se ofrezcan largas y tediosas oraciones en
público, se debe a que la oración secreta fue descuidada. No repasen
los predicadores en sus peticiones una semana de deberes descui-
dados, con la esperanza de expiar su negligencia, y apaciguar su
conciencia. Tales oraciones, obran con frecuencia en detrimento del
nivel espiritual de los demás.—
Obreros Evangélicos, 185
.
Para los niños, es mejor aumentar la frecuencia que la dura-
ción
—Los que trabajan con los niños, deben evitar las observaciones
[281]
tediosas. Las observaciones cortas y al punto, tendrán una influencia