Página 187 - La Voz

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La celeridad y el tono
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medios que usa el Señor, para comunicar a la gente los preciosos
tesoros de la verdad. Pero la oración, no es lo que debe ser, por las
voces defectuosas de los que las pronuncian. Satanás se regocija,
cuando las oraciones ofrecidas a Dios son casi inaudibles. Que el
pueblo de Dios aprenda a hablar y a orar de tal manera, que repre-
sente correctamente las grandes verdades que posee. Preséntense los
testimonios y las oraciones en forma clara y nítida. De esta manera,
Dios será glorificado.—
Testimonies for the Church 6:382
.
La claridad en la lectura pública
—Es esencial, que se enseñe
a los estudiantes a leer en tono claro y distinto. Nos hemos apenado
al asistir a congresos de asociaciones, a reuniones de sociedades
de publicaciones, y a diversas asambleas, donde se leían informes
en voz casi inaudible, o en forma vacilante, o en tono ahogado.
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La mitad del interés que se pueda sentir en una reunión tal queda
destruido, cuando los que participan en ella hacen su parte en forma
indiferente y sin vida. Deben aprender a hablar de tal manera, que
puedan edificar a los que escuchan. Prepárese todo aquel que está
relacionado con la obra misionera, para hablar en forma clara y
atrayente, enunciando perfectamente sus palabras.—
Consejos para
los Maestros Padres y Alumnos acerca de la Educación Cristiana,
233
.
El portavoz de Dios
—El que acepta la posición de ser portavoz
de Dios, debe considerar de suma importancia presentar la verdad,
con toda la gracia y la inteligencia que pueda adquirir, mediante la
disciplina de la mente, y de tal manera que la verdad no pierda nada,
por su presentación. No consideremos que es de poca importancia
hablar con una voz confusa y maneras torpes, ajustar la voz a un
tono alto y antinatural, y hablar en voz alta y sostenida, abusando
así, de los órganos del habla dados por Dios, haciéndose a sí mismo
inaceptable para el pueblo.—
Manuscrito 67, 1895
.
La pronunciación deficiente en la presentación de la ver-
dad
—La habilidad de hablar en forma sencilla y clara, con tonos
plenos y sonoros, es de incalculable valor en cualquier línea de tra-
bajo. Esta calificación, es indispensable en aquellos que desean ser
ministros, evangelistas, obreros bíblicos o colportores. Los que están
haciendo planes para entrar en alguna de estas profesiones, deben
aprender a usar la voz de tal manera, que cuando hablen a la gente de
la verdad, hagan una decidida impresión para el bien. La verdad no
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