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La Voz: Su Educación y Uso Correcto
que hacen mal con su lengua, los que siembran discordia mediante
palabras egoístas y llenas de celo, entristecen al Espíritu Santo; por-
que ellas están en pugna con los propósitos de Dios.—
The Review
[23]
and Herald, 12 de mayo de 1910
.
Un poder para el bien
—Viendo el apóstol la inclinación a abu-
sar del don de la palabra, nos presenta orientaciones concernientes a
su uso. “Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca”, dice
él, “sino la que sea buena para edificar”. La palabra “corrompida”
significa aquí, cualquier palabra que haga una impresión en detri-
mento de los santos principios y la religión sin mancha; cualquier
expresión que pudiera eclipsar la visión de Cristo, y borrar de la
mente la verdadera simpatía y el amor. Esto incluye alusiones im-
puras que, a menos que se resistan inmediatamente, conducen a un
gran pecado. A todos se nos ha dado el deber de obstruir el camino
a toda comunicación corrupta...
Guardad bien el talento del habla; porque es un tremendo poder
para el mal, así como para el bien. Nunca podrá ser usted demasiado
cuidadoso de lo que dice; porque las palabras que usted pronuncia,
demuestran cuál es el poder que controla su mente. Si Cristo reina
allí, sus palabras revelarán la belleza, la pureza y la fragancia de un
carácter amoldado y formado a su voluntad. Pero si usted está bajo
la dirección del enemigo de todo lo bueno, sus palabras serán eco de
sus sentimientos.
La Biblia da a conocer claramente la gran responsabilidad que
implica el don del habla. “Porque por tus palabras serás justificado,
y por tus palabras serás condenado”, declaró Cristo. Y el salmista
[24]
pregunta: “Jehová, ¿quién habitará en tu tabernáculo? ¿Quién morará
en tu monte santo? El que anda en integridad y hace justicia, y habla
verdad en su corazón. El que no calumnia con su lengua, ni hace
mal a su prójimo, ni admite reproche alguno contra su vecino. Aquel
a cuyos ojos el vil es menospreciado, pero honra a los que temen a
Jehová. El que aun jurando en daño suyo, no por eso cambia; quien
su dinero no dio a usura, ni contra el inocente admitió cohecho. El
que hace estas cosas, no resbalará jamás”.
Salmos 15:1-5
.
“Guarda tu lengua de mal, y tus labios de hablar engaño”.
Salmos
34:13
. La bestia salvaje del bosque puede ser domesticada, “pero
ningún hombre puede domar la lengua”.
Santiago 3:8
. Sólo mediante
Cristo podemos ganar la victoria sobre el deseo de hablar palabras