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La Voz: Su Educación y Uso Correcto
Debemos velar por las almas como si tuviéramos que dar cuenta.
Debemos santificar a Dios, el Señor, en nuestro corazón. Entonces
seremos hombres y mujeres de fe, oración y poder. Hay una gran
obra que hacer. El corazón debe ser fielmente vigilado, de otra
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manera reinará en su interior el orgullo y la rebelión. El mal externo
despertará el mal interior, y el alma vagará en su propia confusión,
echando la culpa a otro, del resultado de su propio curso de acción,
no cristiano.—
Manuscrito 11, 1899
.
Cristo como el gran centro
—Aquellos, que no han trabajado
completamente consagrados a Dios han perdido mucho, y no han
podido comunicar a la iglesia, los principios correctos del cristia-
nismo. No han estado escondidos en Cristo. Los que manejan cosas
sagradas, no están creciendo en la gracia, ni el conocimiento de las
profundas verdades de la Palabra de Dios, alcanzando la comple-
ta estatura de hombres y mujeres en Cristo Jesús. No alcanzan la
medida divina. Algunos han predicado desde el púlpito, pero han
fracasado en alcanzar a la gente, porque no han tenido el poder
santificador de Cristo en su propio corazón. No han llegado a estar
en contacto personal con la gente, y no han sido beneficiados como
debieran. No todos han presentado a Cristo como el gran Centro,
hacia el cual todos debieran ir, comprendiendo que es el Autor y
Consumador de su redención, su todo, en todo. El resultado de su
labor hace manifiesto, que no han tenido la experiencia personal pro-
funda que debieran tener, pero necesitan una piedad más profunda y
una abnegada devoción a la obra.—
Manuscrito 12, 1891
.
Fracaso en practicar la palabra
—Los hechos hablan más elo-
cuentemente que las palabras. El sermón que se predica en el púlpito
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es contrarrestado, por el sermón que se predica en las vidas de los
que pretenden ser defensores de la verdad. Es por la falta de practicar
las palabras de Cristo, que sobre nuestras iglesias, se cierne una mal-
dición. Si Cristo no vive en el agente humano, entonces, cuando las
circunstancias son favorables a su desarrollo, aparecen los atributos
de Satanás. Una vida noble, es el sermón más poderoso en favor
del cristianismo. Si viviéramos una vida tal, nuestras conciencias
serían estimuladas por un contacto constante con la Palabra de Dios.
Nuestras almas debieran estar familiarizadas con las normas del
cielo, y debiéramos evitar cualquier curso de acción, que se aparte
de lo correcto.—
Carta 71, 1895
.