Página 219 - La Voz

Basic HTML Version

Cristo, la esencia y la substancia
215
ejemplo de Cristo. Busquen a la gente donde está. Les ruego que
[345]
trabajen con palabras y doctrina; no se pongan por encima de la
sencillez de la obra. No se eleven por encima de la mente del común
del pueblo, de manera que ellos no puedan seguirlos, y si los siguie-
ran, no fueran beneficiados, ni bendecidos. Enseñad las sencillas
lecciones de Cristo. Contad la conmovedora historia de su vida, y su
abnegación y sacrificio. Decidles de su humillación y muerte. Con-
tadles de su resurrección y ascensión, de su intercesión por ellos en
las cortes de Dios. Contadles que “de tal manera amó Dios al mundo,
que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree,
no se pierda, mas tenga vida eterna”.
Juan 3:16
.—
Manuscrito 38,
1894
.
El es el alimento espiritual
—De entre todos los profesos cris-
tianos, los adventistas del séptimo día, deberían ser los primeros en
elevar a Cristo ante el mundo. Nuestros pastores, debieran siempre
poder conducir a hombres y mujeres a Cristo, a Aquel que declaró
de sí mismo: “Yo soy el pan de vida”. Que los que ministran las
necesidades espirituales del pueblo, lean para ellos las palabras de
Cristo: “Yo soy el pan vivo que descendió del cielo; si alguno co-
miere de este pan, vivirá para siempre; y el pan que yo daré es mi
carne, la cual yo daré por la vida del mundo”...
Muchas veces se predican sermones destituidos del Pan de vida,
el alimento esencial para el crecimiento espiritual. Los que se han
apropiado para ellos mismos del Pan de vida, podrán impartirlo a
otros...
[346]
Me he sentido muy triste, al ver predicadores andando y tra-
bajando a la luz de las chispas de su propia llama; ministros que
no han estado recibiendo alimento espiritual de Cristo, el Pan de
vida. Sus propias almas estaban tan destituidas del maná celestial,
como las colinas de Gilboa lo estaban de la lluvia y el rocío. En sus
corazones, Cristo no era una presencia constante. ¿Cómo podrían
hablar inteligentemente de Aquel, a quien nunca han conocido por
experiencia?—
Manuscrito 21, 1891
.
Debemos mezclar con las profecías, las lecciones prácticas
de Cristo
—Unas pocas observaciones convincentes sobre algunos
puntos de doctrina, se fijarán en la mente con más firmeza, que un
montón de asuntos donde nada se despliega claro y distinto en la
mente de los que no conocen nuestra fe. Las profecías, deben mez-