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La Voz: Su Educación y Uso Correcto
El yo en segundo plano
—En el primer capítulo de la carta a
los Corintios, Pablo nos ha dejado una instrucción, que todo obrero
verdadero necesita estudiar, especialmente los siguientes versícu-
los: “Pero nosotros predicamos a Cristo crucificado, para los judíos
ciertamente tropezadero, y para los gentiles locura; mas para los lla-
mados, así judíos como griegos, Cristo poder de Dios, y sabiduría de
Dios. Porque lo insensato de Dios es más sabio que los hombres, y
lo débil de Dios es más fuerte que los hombres.
1 Corintios 1:23-25
.
He aquí una lección de consecuencias especiales, para todo obrero
de la viña del Señor. Predicar para agradar los oídos de la gente no
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resultará en una obra sólida, mientras la verdad no sea proclamada
de una manera, que los lleve a la cruz de Jesucristo. El mensajero de
Dios debe presentar las verdades eternas sencillamente, y mantener
delante de la gente en forma clara y precisa, el peligro de descuidar
los intereses eternos. Para que el yo se mantenga fuera de la vista,
Jesucristo debe ser elevado y exaltado.
“Pues mirad, hermanos, vuestra vocación, que no sois muchos
sabios según la carne, ni muchos poderosos, ni muchos nobles; sino
que lo necio del mundo escogió Dios, para avergonzar a los sabios;
y lo débil del mundo escogió Dios, para avergonzar a lo fuerte; y
lo vil del mundo y lo menospreciado escogió Dios, y lo que no es,
para deshacer lo que es, a fin de que nadie se jacte en su presencia.
Mas por él estáis vosotros en Cristo Jesús, el cual nos ha sido hecho
por Dios sabiduría, justificación, santificación y redención; para que,
como está escrito: El que se gloría, gloríese en el Señor”.
1 Corintios
1:26-31
.
“Así que, hermanos, cuando fui a vosotros para anunciaros el
testimonio de Dios, no fui con excelencia de palabras o de sabiduría.
Pues me propuse no saber entre vosotros cosa alguna sino a Jesu-
cristo, y a éste crucificado. Y estuve entre vosotros con debilidad, y
mucho temor y temblor.
1 Corintios 2:1-3
.
El apóstol temía que su obra no fuera a estar basada en el po-
der de Dios, sino en la sabiduría de los hombres; y de esa manera,
resultara ser de la clase que no produce cosecha... Debe prestarse
atención especial a las palabras del apóstol: “Recuérdales esto, ex-
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hortándoles delante del Señor a que no contiendan sobre palabras, lo
cual para nada aprovecha, sino que es para perdición de los oyentes”.
2 Timoteo 2:14
.