Página 300 - La Voz

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Capítulo 68—El canto que se eleva para la gloria de
Dios
La música en el cielo
—Vi la belleza del cielo. Oí a los ángeles
cantar sus himnos arrobadores, tributando alabanza, honra y gloria a
Jesús. Pude entonces tener una vaga percepción del prodigioso amor
del Hijo de Dios.—
Testimonios Selectos 3:18
.
Los ángeles como instrumentistas
—Se me ha mostrado el or-
den, el orden perfecto del cielo, y me he sentido arrobada mientras
escuchaba la música perfecta que hay allí. Después de salir de la
visión, el canto aquí me ha sonado muy duro y discordante. He visto
compañías de ángeles, de pie bajo una concavidad acústica, teniendo
cada uno un arpa de oro. Cada arpa tenía en uno de sus extremos
un instrumento para ajustarla o cambiarle el tono. Los dedos de los
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ángeles no se deslizaban descuidadamente sobre las cuerdas, sino
que tocaban diferentes cuerdas para producir los diferentes sonidos.
Siempre hay un ángel que dirige, el que primero toca el arpa y da el
tono; entonces, todos se unen en la rica y perfecta música del cielo.
Es algo que no puedo describir. Es una melodía celestial divina,
mientras de cada rostro se proyecta la imagen de Jesús, brillando
con una gloria inexpresable.—
Testimonies for the Church 1:146
.
Música arrobadora y tonos melodiosos
—Transpórtese repen-
tinamente al cielo a estos hombres y mujeres que están satisfechos
con su condición de enanos e inválidos en las cosas divinas, y hága-
seles considerar por un instante el alto y santo estado de perfección
que reina siempre allí, donde toda alma está llena de amor, donde
todo rostro resplandece de gozo, y se elevan melodiosos acentos de
música arrobadora en honor de Dios y del Cordero.—
Testimonios
Selectos 3:90
.
La influencia de los cantos en Lucifer
—Los ángeles recono-
cieron gozosamente la supremacía de Cristo, y postrándose ante él
le rindieron su amor y adoración. Lucifer se postró con ellos, pero
en su corazón se libraba un extraño y feroz conflicto. La verdad,
la justicia y la lealtad luchaban, contra los celos y la envidia. La
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