Página 336 - La Voz

Basic HTML Version

332
La Voz: Su Educación y Uso Correcto
modales eran sencillos. Era una oradora convincente, sincera y ge-
nuina, y uno sentía que cada palabra que salía de sus labios era
verdad. Ella usó la Palabra de Dios para comprobar el mensaje que
nos dio.
W. H. Branson
: Me sentí cerca del cielo mientras la escuchaba.
Parecía sin duda que la voz de Dios nos hablaba, por intermedio
de su mensajera escogida. Mientras ella hablaba, el auditorio per-
manecía en reverencia y quietud... Considero que fue un privilegio
excepcional haber estado presente, y haber escuchado su voz.
Ada Byrd
: Cuando ella subió a la plataforma, un profundo si-
[528]
lencio permeó todo el campamento.
Sra. Carnahan
: Cuando ella bajó al pasillo se pudo notar una
actitud diferente; a uno le pareció estar en otro lugar, hecho posible
por su presencia.
George R. Close y Sra
—: Cada sermón nos dejaba la impresión
de haber estado escuchando un mensaje del cielo.
Sra. Correll
: Tuve el privilegio de escuchar a la hermana White
predicar uno de los sermones más poderosos que he oído en mi
vida. Eramos unas 3.000 personas, conmovidas por la presencia
del Espíritu Santo, de tal manera, que lágrimas corrían por nuestras
mejillas, mientras ella fijaba su vista, primero lentamente por toda la
galería, luego en los concurrentes abajo, con una mirada que parecía
traspasarnos. Pronto se inició el sermón: “Mis queridos hermanos”—
palabras tan claras y tan sencillas que todos entendían. Le siguió el
sermón de la misma manera... Fue una experiencia inolvidable.
J. E. Dye y Sra
—: La gente estaba muy callada y atenta. Eso
nos hizo una profunda impresión... Sentimos que el Señor estaba
muy cerca de nosotros. Consideramos un gran capítulo en nuestra
vida haber podido escuchar a la sierva del Señor. Consideramos que
la reunión fue de un carácter muy sagrado. La gente salió de la gran
carpa con mucha quietud. Algunos iban manifestando que habían
sentido la presencia del Espíritu Santo.
Dr. S. P. S. Edwards
: No había ni uno entre las 300 personas
presentes, que no tuviera los ojos húmedos, y algunos... fechan su
[529]
conversión desde que escucharon esa oración. Un marino comentó:
“Ella trajo a Dios aquí mismo y nos presentó a él para recibir sus
bendiciones, y yo tengo que ser un hombre mejor!”