Página 67 - La Voz

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Su sencillez
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a los ignorantes con inferencias misteriosas, ni empleaba palabras
inusitadas y sabias, que ellos no conociesen. El mayor Maestro que
el mundo haya conocido, fue el más explícito, claro y práctico en su
instrucción.—
Obreros Evangélicos, 51
.
Enseñaba grandes verdades morales con frescura y poder
Jesús, el gran Maestro, reveló con el lenguaje más sencillo, las gran-
des verdades morales, revistiéndolas con frescura y poder.—
The
Review and Herald, 21 de marzo de 1893
.
Presentaba verdades sencillas y evidentes
—El [Jesús] se es-
forzó constantemente hacia un objetivo; todos sus poderes fueron
empleados para la salvación del hombre, y cada acto de su vida con-
tribuyó hacia ese fin. El viajaba a pie, enseñando a sus seguidores
mientras andaban. Sus vestidos estaban empolvados y sucios del ca-
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mino, y su apariencia no era atractiva. Pero las sencillas y evidentes
verdades que brotaban de sus divinos labios, hacían que sus oyentes
se olvidaran pronto de su apariencia, y se quedaran encantados, no
con el Hombre, sino con la doctrina que enseñaba.—
Testimonies
for the Church 4:373
.
No decía nada que no fuera esencial
—Las palabras de Cristo
no contienen nada, que no sea esencial. El Sermón del Monte es una
producción maravillosa; sin embargo, es tan sencillo que hasta un
niño puede estudiarlo, sin dejar de comprenderlo. El monte de las
bienaventuranzas, es un símbolo de la elevación espiritual, en la cual
siempre se hallaba Cristo. Cada palabra que pronunciaba provenía
de Dios, y hablaba con la autoridad del cielo. “Las palabras que yo
os he hablado son espíritu y son vida”.
Juan 6:63
.—
Consejos para
los Maestros Padres y Alumnos acerca de la Educación Cristiana,
425
.
Sus palabras no eran un derroche de elocuencia
—Pero en
estas palabras, habladas por el Maestro más grande que ha conocido
el mundo, no hay un desfile de elocuencia humana. Su lenguaje
es llano, y sus pensamientos y sentimientos se caracterizan por la
mayor sencillez. El pobre, el inculto, el de mente más sencilla, puede
entenderlas. El Señor del cielo, se dirigía con misericordia y bondad,
a las almas a quienes vino a salvar. Al hablarles las palabras de vida
eterna, les enseñaba como quien tiene autoridad.—
Testimonies for
the Church 5:254
.
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