Capítulo 18—No usaba argumentos complicados
Su enseñanza era al punto
—Cristo difícilmente intentó alguna
vez probar que la verdad, era verdad. Ilustraba la verdad en todas
sus enseñanzas, y entonces, dejaba a sus oyentes en libertad, para
aceptarla, o rechazarla, según su elección. No forzaba a nadie a creer.
En el sermón del monte, instruyó a la gente en la piedad práctica,
bosquejando en forma específica su deber. Hablaba de tal manera,
que recomendaba la verdad a la conciencia. El poder manifestado
por los discípulos, era revelado en la claridad y el fervor con que
expresaban la verdad.—
El Evangelismo, 129
.
Conducía las mentes inquisitivas
—El, [Cristo] no presentaba
un gran volumen de verdad, para que fuera aceptada de una vez. El
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conducía las mentes inquisitivas de una verdad a otra, de lección en
lección, abriendo la importancia de las Escrituras, según las iban
pudiendo asimilar. De esta manera, debe revelarse en cada época,
la verdad apropiada para ese tiempo, y esencial para el carácter y la
vida.—
The Review and Herald, 14 de octubre de 1890
.
No reclamaba obediencia por medio de argumentos
—Cristo
vino al mundo, a sujetar a sí mismo toda resistencia y autoridad, pero
no reclamó obediencia, mediante la fuerza del argumento o la voz
de mando; él iba haciendo bienes, y enseñando a sus seguidores, las
cosas pertenecientes a su paz.—
Testimonies for the Church 4:139
.
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