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Mente, Carácter y Personalidad 1
el engaño y la mentira. No creen la Palabra de Dios ni actúan de
acuerdo con ella”.—
Joyas de los Testimonios 2:208, 209 (1889)
.
El ocio, la complacencia propia y la seguridad: traidores
dentro de los muros
Los israelitas fueron inducidos al pecado, precisamente cuando
se hallaban en una condición de ocio y aparente seguridad. Se ol-
vidaron de Dios, descuidaron la oración, y fomentaron un espíritu
de seguridad y confianza en sí mismos. El ocio y la complacencia
propia dejaron la ciudadela del alma sin resguardo alguno, y entra-
ron pensamientos viles y degradados. Los traidores que moraban
dentro de los muros fueron quienes destruyeron las fortalezas de
los sanos principios y entregaron a Israel en manos de Satanás. Así
precisamente es cómo Satanás procura aún la ruina del alma. Antes
de que el cristiano peque abiertamente, se verifica en su corazón
un largo proceso de preparación que el mundo ignora. La mente
no desciende de inmediato de la pureza y la santidad a la deprava-
ción, la corrupción y el delito. Se necesita tiempo para que aquellos
que fueron creados semejantes a Dios se degraden hasta llegar a lo
brutal o satánico. Por la contemplación somos transformados. Al
nutrir pensamientos impuros en su mente, el hombre puede habi-
tuarla de tal manera que el pecado que antes odiaba se le vuelva
agradable.—
Historia de los Patriarcas y Profetas, 490 (1890)
.
El tabaco es un veneno lento
De cualquier manera que se use el tabaco, afecta la salud del
cuerpo. Es un veneno lento. Afecta el cerebro y adormece la sensibi-
lidad de modo que la mente no pueda discernir claramente las cosas
espirituales, especialmente aquellas verdades que podrían tener una
tendencia a corregir su sucia complacencia.
Los que usan el tabaco en cualquier forma, no están limpios
delante de Dios. En esta sucia práctica es imposible que puedan
glorificar a Dios en sus cuerpos y espíritus, que son de él. Y mientras
usan venenos lentos y seguros, que arruinan su salud y rebajan las
facultades de la mente, Dios no los puede aprobar. Él puede ser
misericordioso con ellos mientras se complacen en este pernicioso