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El ejercicio
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Ejercicio al aire libre
El sistema entero necesita la influencia rejuvenecedora del ejer-
cicio al aire libre. Unas pocas horas de trabajo manual cada día
tienden a renovar la fortaleza física y descansa y relaja la mente.—
Testimonies for the Church 4:264, 265 (1876)
.
El aire, el aire, precioso don del cielo que todos pueden tener, lo
bendecirá con su influencia restauradora si no le impide la entrada.
Dele la bienvenida, cultive el amor por él, y le demostrará que es
un excelente tranquilizante para los nervios. El aire debe estar en
constante circulación para mantenerse puro. La influencia del aire
puro y fresco promueve la circulación saludable de la sangre a través
del sistema. Refresca el cuerpo y tiende a volverlo fuerte y sano,
mientras al mismo tiempo, su influencia se siente definidamente en la
mente, a la que imparte una medida de calma y serenidad. Estimula
el apetito, perfecciona la digestión de los alimentos, e induce un
sueño tranquilo y profundo.—
Testimonies for the Church 1:702
(1868)
.
La inactividad es causa de enfermedades
La falta de actividad es causa fecunda de enfermedades. El ejerci-
cio dinamiza y regula la circulación de la sangre; pero en la ociosidad
la sangre no circula con libertad, ni se efectúa su renovación, tan
necesaria para la vida y la salud. La piel también se vuelve inactiva.
Las impurezas no son eliminadas como podrían serlo si un ejercicio
activo estimulara la circulación, mantuviera la piel en condición de
salud, y llenara los pulmones con aire puro y fresco. Tal estado del
organismo impone una doble carga a los órganos excretores y acaba
en enfermedad.—
El Ministerio de Curación, 182 (1905)
.
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La regulación juiciosa del ejercicio
El ejercicio físico bien dirigido, que emplea las fuerzas sin abusar
de ellas, resultará en un agente curativo efectivo.—
Manuscrito 90
.