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Cristo trata con las mentes
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déspota sino un Padre celestial, lleno de amor y misericordia hacia
sus hijos.—
Manuscrito 132, 1902
.
No carecía de calor y alegría
Hay muchos que albergan ideas erróneas sobre la vida y el
carácter de Cristo. Piensan que carecía de calor y alegría, que era
austero, severo y triste. Para muchos toda la vida religiosa se presenta
bajo este aspecto sombrío.—
El Camino a Cristo, 121 (1892)
.
Posibilidades infinitas en cada ser humano
En cada ser humano percibía posibilidades infinitas. Veía a los
hombres según podrían ser transfigurados por su gracia, en “la luz de
Jehová nuestro Dios”.
Salmos 90:17
. Al mirarlos con esperanza, ins-
piraba esperanza. Al saludarlos con confianza, inspiraba confianza.
Al revelar en sí mismo el verdadero ideal del hombre, despertaba el
deseo y la fe de obtenerlo. En su presencia, las almas despreciadas y
caídas se percataban de que aún eran seres humanos, y anhelaban de-
mostrar que eran dignas de su consideración. En más de un corazón
que parecía muerto a todos los asuntos espirituales, se despertaron
nuevos impulsos. A más de uno que había perdido la esperanza
se presentó la posibilidad de una nueva vida.—
La Educación, 80
(1903)
.
Su corazón era un manantial de vida
Se dice a menudo que Jesús lloraba, pero que nunca se supo
que haya sonreído. Nuestro Salvador fue a la verdad un varón de
dolores experimentado en quebranto, porque abrió su corazón a todas
las miserias de los hombres. Pero aunque su vida era abnegada y
ensombrecida por dolores y afanes, su espíritu no quedaba abrumado
por ellos. En su rostro no se veía una expresión de amargura o dolor,
sino siempre de paz y serenidad. Su corazón era un manantial de
vida, y donde quiera iba, llevaba descanso y paz, gozo y alegría.—
El
Camino a Cristo, 121, 122 (1892)
.