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Mente, Carácter y Personalidad 1
Peligros de algunas escuelas
Muchos jóvenes salen de las instituciones de enseñanza con
malas costumbres y físicamente debilitados, sin conocimientos para
la vida práctica y con pocas fuerzas para desempeñar sus tareas.
Al ver estos males, pregunté: ¿Deben nuestros hijos e hijas vol-
verse debiluchos morales y físicos a fin de obtener una educación
en las escuelas? Esto no tiene que ser así; no necesita serlo, si los
maestros y los alumnos fueran fieles a las leyes de la naturaleza, que
también son leyes de Dios. Todas las facultades de la mente y del
cuerpo deberían ser ejercitadas en forma activa para que los jóvenes
puedan llegar a ser hombres y mujeres fuertes y bien equilibrados.—
The Signs of the Times, 29 de junio de 1882
;
Fundamentals of
Christian Education, 71
.
Amparar la educación
La mente será de igual carácter que aquello con que es alimen-
tada; la cosecha, de igual naturaleza que la semilla sembrada. ¿No
bastan estos hechos para hacernos ver cuán necesario es amparar
desde los primeros años la educación de los jóvenes? ¿No sería
mejor para los jóvenes crecer hasta cierto punto en ignorancia de lo
que comúnmente se acepta por educación, más bien que llegar a ser
indiferentes a la verdad de Dios?—
Joyas de los Testimonios 2:453
(1900)
.
Nuestra relación con Dios
Es de la máxima importancia que cada ser humano, a quien Dios
ha dado capacidad para razonar, comprenda su relación con Dios.
Por su bien presente y futuro ha de preguntarse a cada paso: ¿Es este
el camino del Señor? [...] Necesitamos invitar con más fervor a cada
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ser humano a que compare su carácter con la ley de Dios, la norma
del carácter para todos aquellos que entrarán en el reino de Dios, y
llegarán a ser ciudadanos del país celestial.—
Manuscrito 67, 1898
.