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La escuela y el maestro
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La mejor educación
La ciencia de una vida cristiana pura, saludable y consecuente se
obtiene por el estudio de la Palabra del Señor. Esta es la educación
más elevada que cualquier ser terrenal puede obtener. Estas son las
lecciones que deben enseñarse a los estudiantes en nuestras escuelas,
para que puedan salir con pensamientos puros y mentes y corazones
limpios, preparados para ascender la escalera del progreso y practicar
las virtudes cristianas.—
Manuscrito 86, 1905
.
Influencia de los hábitos de los maestros
Los principios y hábitos del maestro deberían considerarse de
mayor importancia que su preparación académica. Si el maestro es
un cristiano sincero, sentirá la necesidad de tener igual interés en la
educación física, mental, moral y espiritual de sus alumnos. A fin de
ejercer la influencia correcta debería tener un control perfecto sobre
sí mismo, y su propio corazón ha de estar lleno de amor por sus
alumnos, lo que se manifestará en su apariencia, palabras y actos. Es
necesario que tenga firmeza de carácter; entonces podrá moldear las
mentes de sus alumnos, así como también instruirlos en las ciencias.
La educación temprana de los jóvenes generalmente forma su
carácter para la vida. Los que tratan con los jovencitos tienen que ser
muy cuidadosos en desarrollar las cualidades de la mente, para que
puedan saber cómo dirigir mejor sus facultades, y para que puedan
ejercitarlas de la mejor manera posible.—
The Review and Herald,
14 de julio de 1885
.
Desarrollar las cualidades superiores de la mente
Hay que ejercer el mayor cuidado en la educación de los niños
y variar la instrucción como para desarrollar las elevadas y nobles
facultades de la mente. Los padres y los maestros de las escuelas
están ciertamente descalificados para educar adecuadamente a los
niños si no han aprendido primero las lecciones de dominio propio,
paciencia, tolerancia, ternura y amor. ¡Qué posición importante para
los padres, tutores y maestros! Muy pocos perciben las necesidades
más esenciales de la mente y saben cómo dirigir el intelecto en