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Mente, Carácter y Personalidad 1
desarrollo, los pensamientos y sentimientos en crecimiento de los
jóvenes.—
The Review and Herald, 14 de julio de 1885
.
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Ser inspirados por el Espíritu Santo
Tratar con las mentes humanas es la tarea más delicada que
puede hacerse, y los maestros necesitan ser inspirados por el Espíritu
de Dios para que puedan ser capaces de realizar bien su trabajo.—
Manuscrito 8, 1899
.
Enfrentar las faltas
No eduquen a los alumnos dando publicidad a sus errores y faltas,
pues ellos considerarán una virtud exponer las faltas de otros. Nunca
humillen a un alumno presentando sus equivocaciones y quejas y
pecados delante del alumnado; no se puede hacer nada más efectivo
que esto para endurecer su corazón y confirmarlo en el mal. Hablen
y oren con él a solas, y muestren la misma ternura que Cristo les
demostró a ustedes, los maestros. No impulsen a un alumno a criticar
y hablar de las faltas de otro. Escondan una multitud de pecados
siempre que sea posible, sigan la forma de Cristo para sanarlo. Esta
clase de educación resultará una bendición, que será visible en esta
vida y en la futura vida inmortal.—
Manuscrito 34, 1893
.
Plenamente capacitado para tratar con las mentes humanas
Cada maestro necesita que Cristo viva en su corazón por la fe, y
poseer un espíritu fiel, abnegado y de sacrificio propio por amor a
Cristo. Alguien puede tener suficiente educación y conocimiento de
la ciencia como para enseñar, pero, ¿se ha averiguado si tiene tacto
y sabiduría para tratar con las mentes humanas? Si los instructores
no tienen el amor de Cristo en su corazón, no están capacitados
para estar en contacto con los niños, ni para llevar las importantes
responsabilidades que les fueron asignadas de educar a estos niños
y jóvenes. Les faltan la educación superior y el adiestramiento, y no
saben cómo tratar con las mentes humanas. El espíritu de sus propios
corazones naturales e insubordinados lucha por el control, y someter
las mentes y los caracteres dúctiles de los niños a tal disciplina es
dejar en la mente cicatrices y magulladuras que nunca se borrarán.