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Capítulo 24—El amor en el hoga
Fuente del verdadero afecto humano
Nuestros afectos mutuos surgen de una común relación con
Dios. Somos una familia y nos amamos los unos a los otros como él
nos amó. Cuando se compara este afecto verdadero, santificado y
disciplinado, con la cortesía ampulosa del mundo, las expresiones
carentes de significado de la amistad efusiva son como paja de la
era.—
Hijos e Hijas de Dios, 103 (1896)
.
Amar como Cristo amó significa manifestar abnegación en todo
momento y lugar, mediante palabras amantes y un continente agra-
dable [...]. El amor genuino es un precioso atributo que se origina
en el cielo, y cuya fragancia crece en proporción a la forma en que
es dispensado a los demás.—
Hijos e Hijas de Dios, 103 (1899)
.
El amor une los corazones
Haya entre ellos amor mutuo y sopórtense uno a otro. Entonces
el matrimonio, en vez de ser el final del amor, será más bien su
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verdadero comienzo. El calor de la verdadera amistad, el amor que
une un corazón al otro, es sabor anticipado de los goces del cielo
[...]. Ame al otro antes de exigir que el otro lo ame.—
El Ministerio
de Curación, 279 (1905)
.
El afecto puede ser puro, pero superficial
El afecto de ustedes podrá ser tan claro como el cristal, arrobador
en su pureza, y sin embargo, podría ser superficial por no haber sido
probado. Deben darle a Cristo, en todo, el primero, el último y el
mejor lugar. Contémplenlo constantemente, y su amor por él, en la
medida en que sea probado, se hará cada día más profundo y más
fuerte. Y a medida que crezca el amor de ustedes por él, el amor
entre ustedes mismos aumentará también en fuerza y profundidad.
Véase el capítulo 32, “Apasionamiento y amor ciego”.
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