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Mente, Carácter y Personalidad 1
El abuso de los privilegios sexuales en el matrimonio
Las pasiones carnales, acariciadas y complacidas, llegan a ser
muy fuertes en esta época, y sus resultados son innumerables males
en la vida matrimonial. En lugar de desarrollarse la mente y ser el
poder controlador, las propensiones carnales gobiernan sobre las
facultades más elevadas y nobles hasta que son llevadas a la sujeción
de esas propensiones. ¿Cuál es el resultado? Los delicados órganos
de las mujeres se desgastan y enferman; ya no es seguro tener hijos;
se ha abusado de los privilegios sexuales.
Los hombres están corrompiendo sus propios cuerpos, y la es-
posa ha llegado a ser la esclava de la cama de los deseos bajos y
desordenados hasta que no hay más temor de Dios ante sus ojos.
Complacer los impulsos que degradan tanto el cuerpo como el alma
es la tónica de su vida matrimonial.—
Manuscrito 14, 1888
.
Influencias prenatales
Satanás procura rebajar la mente de los que se unen en matrimo-
nio para estampar su odiosa imagen sobre sus hijos [...].
Él puede modelar la descendencia de ellos mucho más fácilmente
de lo que pueden hacerlo los padres, porque puede controlar de tal
manera la mente de los padres que por medio de ellos puede dar
el sello de su propio carácter a sus niños. De este modo muchos
niños nacen bajo el influjo de las pasiones pecaminosas, mientras sus
facultades morales se desarrollan débilmente. Estos niños necesitan
la más cuidadosa enseñanza para extraer, fortalecer y desarrollar las
facultades morales e intelectuales a fin de que estas puedan tomar el
dominio.—
Testimonies for the Church 2:480 (1870)
.
El proceso de degradación
La mente de un hombre o de una mujer no descienden en un
momento de la pureza y la santidad a la depravación, la corrupción
y el crimen. Lleva tiempo transformar lo humano a lo divino o
degradar a los que fueron formados a la imagen de Dios a lo brutal
o satánico.
Por la contemplación somos transformados. Aunque formados a
la imagen de su Hacedor, el ser humano puede educar su mente de
modo que el pecado que una vez detestaba llegue a ser placentero