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Amor y sexualidad en la experiencia humana
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La mente es el factor determinante
Dijo Pablo: “Con la mente sirvo a la ley de Dios”.
Romanos 7:25
.
Núblese esta mente por medio de la satisfacción de los apetitos y de
las pasiones pecaminosas, y las facultades morales se debilitarán de
tal modo que lo sagrado y lo común se pondrán al mismo nivel.—
Carta 2, 1873
.
La masturbació
Jóvenes y niños de ambos sexos participan de la contaminación
moral, y practican el asqueroso vicio solitario destructor de cuerpo
y alma.
Muchos de los que profesan ser cristianos están tan atontados
por la misma práctica que sus sensibilidades morales no pueden ser
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despertadas para comprender que es pecaminosa, y que si persisten
en ello terminarán destruyendo completamente el cuerpo y la mente.
¡El hombre, el ser más noble de la tierra, formado a la imagen de
Dios, se transforma en una bestia, se embrutece y corrompe!
Todo cristiano tendrá que aprender a refrenar sus pasiones y
a guiarse por los buenos principios. Si no lo hace, es indigno del
nombre de cristiano.
Algunos que ostensiblemente profesan el cristianismo no com-
prenden el pecado del abuso propio y sus resultados inevitables. Un
hábito inveterado ha cegado su entendimiento. No se dan cuenta del
carácter excesivamente pecaminoso de este pecado degradante que
enerva y destruye su fuerza nerviosa y cerebral.
Los principios morales se debilitan cuando están en conflicto
con un hábito arraigado. Los solemnes mensajes del cielo no pueden
impresionar con fuerza el corazón que no está fortalecido contra la
práctica de este vicio degradante. Los nervios sensibles del cerebro
han perdido su tonicidad por la excitación mórbida destinada a
satisfacer un deseo antinatural de complacencia sensual. Los nervios
del cerebro que relacionan todo el organismo entre sí son el único
Nota: La autora trata este tema extensamente en
Joyas de los Testimonios 1:253-260
;
Testimonios para la Iglesia 2:427 - 429
, y en el folleto agotado
An Appeal to Mothers
[Una
súplica a las madres] (1864). Véase
Conducción del niño
, Sección XVI, “Preservación de
la integridad moral”, p. 410-441, para tener un panorama completo del tema extraído de
fuentes publicadas e inéditas.—Los compiladores.