Capítulo 33—“Escudriñad las escrituras
La Encarnación: Naturaleza de Cristo
Es de la mayor importancia que cada ser humano dotado con
facultades de razonamiento entienda su relación con Dios. La obra
de la redención no es estudiada cuidadosamente en nuestros esta-
blecimientos de enseñanza. Muchos de los alumnos no tienen un
verdadero concepto de lo que significa el plan de salvación. Dios
ha empeñado su palabra en nuestro favor. El que experimenta el
sentimiento de nuestras flaquezas nos invita: “Venid a mí todos los
que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Llevad mi
yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de
corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas; porque mi yugo
es fácil, y ligera mi carga”.
Mateo 11:28-30
.
Estudiantes, tan sólo estáis seguros si os relacionáis con Cristo
en perfecta sumisión y obediencia. El yugo es fácil, pues Cristo lleva
la carga. Si levantáis la carga de la cruz, se hace ligera y esa cruz
es para vosotros una promesa de vida eterna. El privilegio de cada
uno es seguir gozosamente a Cristo exclamando a cada paso: “Tu
benignidad me ha engrandecido”.
2 Samuel 22:36
. Pero si queremos
viajar hacia el cielo, debemos tomar la Palabra de Dios como nuestro
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libro de texto. Debemos leer nuestras lecciones, día tras día, en las
palabras de la Inspiración.
Dice el apóstol Pablo: “Haya, pues, en vosotros este sentir que
hubo también en Cristo Jesús, el cual, siendo en forma de Dios, no
estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se
despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los
hombres; y estando en la condición de hombre [como el representan-
te de la raza humana], se humilló a sí mismo, haciéndose obediente
hasta la muerte, y muerte de cruz. Por lo cual Dios también le exaltó
hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, para
que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla”.
Filipenses 2:5-10
.
Este Artículo Apareció en
The Youth’s Instructor, del 13 de octubre de 1898
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