Página 283 - Mensajes Selectos Tomo 1 (1966)

Basic HTML Version

Capítulo 40—La segunda tentación de Crist
La Tentación de Cristo
Satanás fue derrotado en su propósito de vencer a Cristo en
cuanto al apetito, y allí, en el desierto, Cristo logró una victoria a
favor de la raza humana en cuanto al apetito, haciendo posible que
el hombre, en toda ocasión futura, venciera en el nombre de Cristo
la fuerza del apetito por sus propios medios. Satanás no estuvo
dispuesto a cesar en sus esfuerzos hasta que, por todos los medios,
hubiera intentado lograr la victoria sobre el Redentor del mundo.
Sabía que todo estaba en juego en lo que atañía a él: él o Cristo
sería el vencedor en la contienda. Y, a fin de abrumar a Cristo con
su fuerza superior, lo llevó a Jerusalén y lo colocó en las almenas
del templo y continuó acosándolo con sus tentaciones.
Otra vez demandó de Cristo que si era ciertamente el Hijo de
Dios, diera evidencias arrojándose desde la altura vertiginosa en que
lo había colocado. Instó a Cristo a que mostrara su confianza en
el cuidado preservador de su Padre arrojándose del templo. En su
primera tentación sobre el apetito, Satanás había tratado de insinuar
dudas en cuanto al amor y cuidado de Dios para Cristo como su Hijo,
[331]
mostrando sus circunstancias y su hambre como evidencias de que
no disfrutaba del favor de Dios. No tuvo éxito con eso. Luego trató
de aprovecharse de la fe y la perfecta confianza que Cristo había
mostrado hacia su Padre celestial, instándolo a la presunción. “Si
eres Hijo de Dios, échate abajo; porque escrito está: A sus ángeles
mandará acerca de ti, y, en sus manos te sostendrán para que no
tropieces con tu pie en piedra”.
Mateo 4:6
. Prontamente respondió
Jesús: “Escrito está también: No tentarás al Señor tu Dios”.
Mateo
4:7
.
Este Artículo Apareció en
The Review And Herald, 18 de agosto y 1 de septiembre
de 1874
.
279