Página 306 - Mensajes Selectos Tomo 1 (1966)

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Capítulo 45—Los primeros fruto
Cristo, Creador y Dados de la Vida
Cuando Cristo exclamó en la cruz: “Consumado es” (
Juan
19:30
), hubo un gran terremoto que abrió las tumbas de muchos
que habían sido fieles y leales al dar su testimonio contra toda obra
de mal y magnificar al Señor de los ejércitos. Cuando el Dador de la
vida salió del sepulcro proclamando: “Yo soy la resurrección y la
vida” (
Juan 11:25
), convocó a esos santos de sus tumbas. Mientras
vivían, habían testificado resueltamente de la verdad. Ahora habían
de ser testigos de Aquel que los había levantado de los muertos.
Estos, dijo Cristo, no son más cautivos de Satanás. Los he redimido;
los he traído de la tumba como primicias de mi poder para que
estén conmigo donde yo esté, para que nunca más vean la muerte ni
experimenten pesar.
Durante su ministerio, Jesús levantó a los muertos dándoles vida.
Resucitó al hijo de la viuda de Naín, a la hija de Jairo y a Lázaro.
Pero ellos no fueron revestidos de inmortalidad. Después de haber
sido resucitados, continuaron estando sometidos a la muerte. Pero
los que resucitaron en ocasión de la resurrección de Cristo, fueron
resucitados para vida eterna. Ellos fueron la multitud de cautivos que
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ascendieron con Cristo como trofeos de su victoria sobre la muerte
y el sepulcro.
Después de su resurrección, Cristo no se mostró a nadie sino
a sus seguidores, pero no faltó testimonio en cuanto a su resurrec-
ción. Los que fueron resucitados con Cristo “aparecieron a muchos”
(
Mateo 27:53
), declarando: Cristo ha resucitado de los muertos, y
hemos resucitado con él. Dieron testimonio en la ciudad del cumpli-
miento del pasaje: “Tus muertos vivirán; sus cadáveres resucitarán.
¡Despertad y cantad, moradores del polvo! porque tu rocío es cual
rocío de hortalizas, y la tierra dará sus muertos”.
Isaías 26:19
. Esos
Este Artículo Apareció en
The Youth’s Instructor, del 11 de agosto de 1898
, Bajo el
Título “El Salvador Resucitado—
>
Parte 2”.
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