Página 63 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 1 (2003)

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Esperando la segunda venida
Experimentamos solemnidad y estremecimiento al aproximarse
el tiemp
cuando esperábamos la venida de nuestro Salvador. Con
un solemne sentido de urgencia procuramos, como pueblo, purificar
nuestras vidas a fin de estar listos para encontrarnos con él a su
venida. A pesar de la oposición de los pastores y las iglesias, el salón
Beethoven, en la ciudad de Portland, se encontraba repleto todas las
noches; especialmente los domingos se reunía una numerosa congre-
gación. El pastor Stockman era un hombre profundamente piadoso.
Aunque no disfrutaba de buena salud, cuando se presentaba ante la
congregación causaba la impresión de ser elevado por encima de las
debilidades físicas y su rostro se iluminaba con el convencimiento
de que estaba enseñando la verdad sagrada de Dios.
Sus palabras estaban revestidas de un poder solemne que inducía
a la gente a escudriñar su vida. En algunas ocasiones expresaba el
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deseo ferviente de vivir hasta el momento de poder dar la bienvenida
al Salvador cuando viniera en las nubes de los cielos. Mediante su
trabajo el Espíritu de Dios hizo que muchos pecadores reconocieran
su culpa y fueran recibidos en el grupo de los fieles de Cristo. Toda-
vía se llevaban a cabo reuniones en hogares privados de la ciudad,
con excelentes resultados. Los creyentes eran animados a trabajar
por sus amigos y familiares, lo que multiplicaba las conversiones.
Gente de toda condición social afluía a las reuniones del salón
Beethoven. Ricos y pobres, cultos e ignorantes, pastores y laicos se
sentían ansiosos de escuchar personalmente la doctrina de la segunda
venida. Muchos acudían y al no encontrar lugar para escuchar aunque
fuera de pie, se volvían frustrados. El plan de las reuniones era
sencillo. Generalmente se daba un discurso corto y al punto, y luego
se presentaban exhortaciones generales. La numerosa concurrencia
mantenía orden y quietud perfectos. El Señor mantenía controlado
Se consideraba que el año 1843, según el calendario judío, duraba del 21 de marzo
de 1843 hasta el 21 de marzo de 1844. Los que aceptaron la doctrina de la segunda venida
de Cristo esperaban que este acontecimiento se produjera en ese año.
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