Página 274 - Joyas de los Testimonios 2 (2004)

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Joyas de los Testimonios 2
carácter de esos sucesos. Los que estaban buscando realmente la luz
no rechazaron su mensaje como si fuese una carta común, porque
el Señor no le había dado una nueva revelación para aquel tiempo
especial. De ningún modo. El Señor le había mostrado las dificul-
tades y peligros que se levantarían en las iglesias, para que cuando
surgiesen, supiese tratarlos.
“Había sido designado para defender la iglesia; debía velar por
las almas como quien debía dar cuenta a Dios; ¿no debía acaso
prestar atención a los informes concernientes a su estado de anarquía
y división? Por cierto que sí; y el reproche que él les mandó fué
escrito bajo la inspiración del Espíritu de Dios tanto como cualquiera
de sus epístolas. Pero cuando estos reproches llegaron, algunos no
quisieron ser corregidos. Asumieron la actitud de que Dios no les
había hablado por medio de Pablo, que él les había dado simplemente
su opinión como hombre, y consideraron su propio juicio tan bueno
como el de Pablo. Así también sucede con muchos de nuestros
hermanos que se han apartado de los antiguos hitos y han seguido
su propio entendimiento.
Cuando nuestro pueblo asume esa actitud, las amonestaciones y
consejos especiales de Dios por medio del espíritu de profecía no
pueden influir en ellos para obrar una reforma en su vida y carácter.
El Señor no da una visión para hacer frente a cada emergencia que
se levante en las diferentes actitudes de su pueblo en el desarrollo
de su obra. Pero él me ha mostrado que su manera de tratar con la
iglesia en edades pasadas consistió en dar a sus siervos escogidos
impresiones referentes a las necesidades y los peligros a que estaban
expuestas su causa y las personas y en hacer sentir a esos siervos la
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responsabilidad de dar consejos y amonestaciones.
Así también, en muchos casos Dios me ha dado luz acerca de los
defectos peculiares de carácter de ciertos miembros de la iglesia y
de los riesgos que corren las personas y la causa si estos defectos no
se suprimen. En determinadas circunstancias hay peligro de que las
malas tendencias se desarrollen mucho y se confirmen, perjudicando
la causa de Dios y arruinando a la persona afectada. A veces cuando
peligros especiales amenazan la causa de Dios o a individuos en
particular, me llega una comunicación del Señor, en sueño o visión
Testimonios para la Iglesia 5:65, 66
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