Página 275 - Joyas de los Testimonios 2 (2004)

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Una distinción injustificada
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nocturna, y estos casos me son presentados vívidamente. Oigo una
voz que me dice: “Levántate y escribe; estas almas están en peligro.”
Obedezco al impulso del Espíritu de Dios y mi pluma describe su
verdadera condición. Durante mis viajes, al encontrarme delante de
los hermanos en diferentes lugares, el Espíritu del Señor me recuerda
claramente los casos que se me mostraron y revive el asunto que vi
anteriormente.
Durante los últimos cuarenta y cinco año
el Señor me ha esta-
do revelando las necesidades de su causa y los casos de diferentes
personas en todos los aspectos de la vida, mostrándome dónde y
cómo habían descuidado el perfeccionamiento de un carácter cris-
tiano. Se me ha presentado la historia de centenares de casos y se
me ha indicado claramente lo que Dios aprueba y lo que él conde-
na. El Señor me ha mostrado que si se sigue cierta conducta, o se
conservan ciertos rasgos de carácter, se producirán determinados
resultados. Así me ha estado preparando y disciplinando para que
pueda discernir los peligros que amenazan a las almas, e instruir y
amonestar a sus hijos, renglón tras renglón, precepto tras precepto,
a fin de que no ignoren los designios de Satanás y puedan escapar a
sus trampas.
La obra que el Señor me ha impuesto especialmente consiste
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en instar a jóvenes y ancianos, sabios e ignorantes, a escudriñar
las Escrituras por sí mismos; inculcar en todos el hecho de que el
estudio de la Palabra de Dios expandirá la mente y fortalecerá toda
facultad, haciendo al intelecto idóneo para luchar con profundos y
abarcantes problemas de la verdad; asegurar a todos que el claro
conocimiento de la Biblia supera a todo otro conocimiento en cuanto
a hacer del hombre lo que Dios quería que fuese. “El principio de
tus palabras alumbra; hace entender a los simples.”
Salmos 119:130
.
Con la luz comunicada por el estudio de su Palabra, con el cono-
cimiento especial que se me ha dado de los casos individuales entre
su pueblo en todas las circunstancias y fases de la vida ¿puedo yo
estar ahora en la misma ignorancia, la misma incertidumbre mental
y ceguera espiritual que al principio de mi ministerio? ¿Dirán mis
hermanos que la Hna. White ha sido una alumna tan torpe que su
juicio en esa dirección no es mejor que antes de que entrase en la
Escrito en 1889.