Página 332 - Joyas de los Testimonios 2 (2004)

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Joyas de los Testimonios 2
Dios tiene una iglesia en la tierra, que es su pueblo escogido, que
guarda sus mandamientos. El está conduciendo, no ramas extravia-
das, no uno aquí y otro allá, sino un pueblo. La verdad es un poder
santificador; pero la iglesia militante no es la iglesia triunfante. Hay
cizaña entre el trigo. “¿Quieres, pues, que ... la cojamos?” fué la
pregunta del siervo; pero el Señor contestó: “No; porque cogiendo la
cizaña, no arranquéis también con ella el trigo.”
Mateo 13:28, 29
. La
red del Evangelio no prende sólo peces buenos, sino también malos,
y solamente el Señor conoce los suyos.
Es nuestro deber individual andar humildemente con Dios. No
hemos de buscar cualquier mensaje nuevo y extraño. No hemos de
pensar que los escogidos de Dios, que están tratando de andar en la
luz, constituyen Babilonia.
Las iglesias caídas son Babilonia. Babilonia ha estado fomen-
tando doctrinas venenosas, el vino del error. Este vino del error se
compone de falsas doctrinas, como la inmortalidad natural del alma,
el tormento eterno de los impíos, la negación de la preexistencia de
Cristo antes de su nacimiento en Belén, y la defensa y exaltación del
primer día de la semana sobre el día santificado por Dios. Estos y
otros errores afines son presentados al mundo por las varias iglesias,
y así se cumplen las Escrituras que dicen: “Porque todas las gentes
han bebido del vino del furor de su fornicación.”
Apocalipsis 18:3
.
* * * * *
Debilitada y deficiente, necesitada de ser constantemente amo-
nestada y aconsejada, la iglesia es, sin embargo, el objeto de la
suprema consideración de Cristo. El está haciendo experimentos de
gracia en los corazones humanos, y está efectuando tales transforma-
ciones de carácter que los ángeles se asombran y expresan su gozo
en cantos de alabanza. Se regocijan al pensar que los seres humanos
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pecaminosos, sujetos al error, pueden ser así transformados
* * * * *
Dios tiene un pueblo en el cual todo el cielo está interesado,
y dicho pueblo es el único objeto de esta tierra que sea precioso
Testimonios para la Iglesia 7:16 (1902)
.