Página 365 - Joyas de los Testimonios 2 (2004)

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La obra pro temperancia
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los males de la intemperancia en el comer y beber, especialmente los
males de la bebida; si estas cosas fuesen presentadas en relación con
las evidencias de la pronta venida de Cristo, la gente se conmovería.
Si manifestáramos un celo proporcional a la importancia de las
verdades que presentamos, podríamos contribuir a rescatar de la
ruina a centenares, sí, a millares.
Únicamente la eternidad habrá de revelar lo que ha alcanzado
este ministerio, y cuántas almas enfermas de duda y cansadas de
la mundanalidad y de la agitación, fueron llevadas al gran Médico
que anhela salvar hasta lo sumo a cuantos acuden a él. Cristo es un
Salvador resucitado, y hay sanidad en sus alas.
* * * * *
Mientras vemos a los hombres ir a los lugares donde se expende
el veneno líquido que destruye su razón, mientras vemos peligrar
sus almas, ¿qué estamos haciendo para rescatarlos? Nuestra obra en
favor de los tentados y caídos alcanzará verdadero éxito únicamente
en la medida en que la gracia de Cristo vuelva a formar el carácter,
y el hombre sea puesto en relación viva con el Dios infinito. Tal es
el propósito de todo verdadero esfuerzo pro temperancia. Somos
invitados a trabajar con energía más que humana, a obrar con el
poder que hay en Cristo Jesús. El que condescendió a tomar la
naturaleza humana es el que nos mostrará cómo dirigir la batalla.
Cristo dejó su obra en nuestras manos y hemos de luchar con Dios,
impetrando día y noche el poder invisible. Echando mano de Dios
por intermedio de Jesucristo es cómo ganaremos la victoria.
A medida que nos acercamos al fin del tiempo, debemos ele-
varnos cada vez más en lo que respecta a la cuestión de la reforma
pro salud y la temperancia cristiana, presentándola de una manera
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más positiva y decidida. Debemos esforzarnos continuamente por
educar a la gente, no solamente por nuestras palabras, sino también
por nuestra práctica. El precepto y la práctica combinados ejercen
una poderosa influencia
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Testimonios para la Iglesia 6:112 (1900)
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