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Mente, Carácter y Personalidad 2
La impaciencia produce una cosecha funesta
¡Cuánto daño producen en el círculo familiar las palabras impa-
cientes, pues una expresión de impaciencia de parte de uno de los
miembros induce a otro a contestar de la misma manera y con el
mismo espíritu! Luego vienen las palabras de represalia, y las de
justificación propia, con las que se fragua un yugo pesado y amargo
para su cerviz; porque todas esas palabras acerbas volverán a su
alma en funesta cosecha.—
El hogar adventista, 398, 399 (1913)
.
Palabras duras hieren el corazón mediante el oído, despiertan
las peores pasiones del alma y tientan a hombres y mujeres a violar
los mandamientos de Dios [...]. Las palabras son como semillas
implantadas.—
El hogar adventista, 399 (1893)
.
Entre los miembros de muchas familias se sigue el hábito de
hablar con descuido, o para atormentar a otros, y la costumbre de
decir palabras duras se fortalece a medida que se cede a ella. Así
se dicen muchas cosas objetables que concuerdan con el espíritu
de Satanás y no con el de Dios [...]. Las quemantes palabras de ira
no deben ser pronunciadas, porque delante de Dios y de los santos
ángeles son como una especie de blasfemia.—
El hogar adventista,
399 (1894)
.
Los tres primeros años de la vida del niño
Permítase que el egoísmo, la ira y la terquedad sigan su curso
durante los primeros tres años de la vida de un niño, y será difícil
ayudarlo a someterse a una disciplina saludable. Su disposición ha
llegado a ser descontenta, su deleite es hacer su propia voluntad y
el control paterno le resulta desagradable. Estas malas tendencias
crecen con el desarrollo del niño, hasta que en la virilidad el egoísmo
supremo y una falta de autocontrol lo colocan a merced de los males
que corren a rienda suelta en nuestro mundo.—
La Temperancia, 157
(1877)
.
No disciplinemos cuando estemos enojados
Dios considera con ternura a los niños. Quiere que ganen vic-
torias cada día. Procuremos que los niños sean vencedores. No
permitamos que las ofensas dirigidas hacia ellos provengan de los