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La fe
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Si se presenta una idea que concuerda con sus propias opiniones
preconcebidas, todos están listos para aceptarla. No razonan de cau-
sa a efecto. Su fe no tiene un fundamento genuino, y en el tiempo
de prueba descubrirán que han edificado sobre la arena.—
Carta 4,
1889
.
La fe tiene que expresarse
Si manifestáramos más nuestra fe, si nos regocijáramos más
en las bendiciones que ahora tenemos—la gran misericordia, la
paciencia y el amor de Dios—cada día tendríamos más fuerza. ¿No
poseen acaso las preciosas palabras pronunciadas por Cristo, el
Príncipe de Dios, una seguridad y un poder que deberían ejercer
gran influencia en nosotros, para hacernos creer que nuestro Padre
celestial está más deseoso de dar su Espíritu Santo a quienes se lo
piden de lo que los padres están para conceder buenas dádivas a sus
hijos?—
Mensajes Selectos 2:278 (1892)
.
[180]
No debe confundirse la fe con los sentimientos
Muchos tienen ideas confusas acerca de lo que constituye la fe,
y viven por debajo de sus privilegios. Confunden sentimiento y fe, y
están continuamente angustiados y perplejos, porque Satanás toma
toda ventaja posible de su ignorancia e inexperiencia [...].
Debemos aceptar a Cristo como nuestro Salvador personal, o
fracasaremos en nuestro intento por llegar a ser vencedores. No nos
traerá ningún beneficio mantenernos alejados de él, creer que nuestro
amigo o nuestro vecino pueden tenerlo por su Salvador personal,
pero que nosotros no podemos experimentar su amor perdonador.
Debemos creer que somos elegidos de Dios, para ser salvados por el
ejercicio de la fe, a través de la gracia de Cristo y la obra del Espíritu
Santo; y debemos alabar y glorificar a Dios por esta maravillosa
manifestación de un favor que no merecemos.
Es el amor de Dios el que conduce el alma a Cristo para ser
benignamente recibida y presentada al Padre. Mediante la obra del
Espíritu, se renueva la relación divina entre Dios y el pecador. El
Padre dice: “Yo seré Dios para ellos, y ellos serán para mí hijos.
Derramaré mi amor perdonador sobre ellos y los llenaré con mi gozo.