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Función vital de las leyes de Dios
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La ley establece que nadie vive para sí mismo
Bajo la dirección de Dios, Adán debía quedar a la cabeza de
la familia terrenal y mantener los principios de la familia celestial.
Ello habría ocasionado paz y felicidad. Pero Satanás estaba decidido
a oponerse a la ley de que nadie “vive para sí”.
Romanos 14:7
.
Él deseaba vivir para sí. Procuraba hacer de sí mismo un centro
de influencia. Eso incitó la rebelión en el cielo, y la aceptación
de este principio de parte del hombre trajo el pecado a la tierra.
Cuando Adán pecó, el hombre quedó separado del centro ordenado
por el cielo. El demonio vino a ser el poder central del mundo.
Donde debía estar el trono de Dios, Satanás colocó el suyo. El
mundo trajo su homenaje, como ofrenda voluntaria, a los pies del
enemigo.—
Consejos para los Maestros Padres y Alumnos acerca de
la Educación Cristiana, 33 (1913)
.
Enseñen a los niños a obedecer las leyes de la naturaleza y de la
revelación
Los que tienen sobre su corazón el bien de sus hijos y quieren
verlos crecer con gustos y apetitos no pervertidos, deben abrirse
paso con perseverancia y urgencia contra los sentimientos y las
prácticas populares. Si quieren prepararlos para ser útiles sobre la
tierra y obtener la recompensa eterna en el reino de gloria, tienen
que enseñarles a obedecer las leyes de Dios, manifestadas tanto en
la naturaleza como en la revelación, en vez de seguir las costumbres
del mundo.—
La Temperancia, 139 (1883)
.
Remedio para la delincuencia juvenil
Si los padres y las madres hubieran seguido las indicaciones da-
das por Cristo, no leeríamos ni oiríamos ahora de pecados y crímenes
cometidos no solo por adultos, sino incluso por jóvenes y niños. Las
malas condiciones de la sociedad existen porque los padres no han
prestado atención a esta instrucción, y no adiestraron ni educaron
a sus hijos para que respetaran y honraran los santos mandatos de
Dios.
Hasta los maestros religiosos han dejado de presentar la elevada
norma por medio de la cual se mide el carácter, porque se ha dejado
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de respetar los preceptos que Dios ha dado, que son santos, justos