La imaginación
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La imaginación a veces produce enfermedade
Algunas veces la imaginación provoca enfermedad, y es frecuen-
te que la agrave. Muchos hay que llevan vida de discapacitados
cuando podrían estar bien si creyeran que lo están. Muchos se imagi-
nan que la menor exposición del cuerpo les causará alguna enferme-
dad, y efectivamente el mal sobreviene porque se lo espera. Muchos
mueren de enfermedades cuya causa es puramente imaginaria.—
El
Ministerio de Curación, 185 (1905)
.
La imaginación pervertida
Por lo que el Señor me ha mostrado, las mujeres de esta clase [las
que tienen un concepto exagerado de sus cualidades] han pervertido
su imaginación mediante la lectura de novelas, el soñar despiertas y
la edificación de castillos en el aire; es decir, han vivido en un mundo
imaginario. No ponen sus propias ideas a la altura de los deberes
comunes y útiles de la vida. No asumen las cargas de la existencia,
que se encuentran en su camino, ni tratan de tener para sus maridos
un hogar alegre y feliz. Depositan todo su peso sobre ellos, y no
llevan sus propias cargas. Esperan que los demás se anticipen a
sus necesidades y las satisfagan, mientras ellas quedan libres para
buscar faltas y criticar a gusto. Estas mujeres están imbuidas de un
sentimentalismo enfermizo y creen constantemente que no se las
aprecia, que sus esposos no les brindan la atención que merecen.
Se imaginan que son mártires.—
Testimonies for the Church 2:463
(1870)
.
Consejo a un hombre poseído de una imaginación enfermiza
Vi que el Señor le ha dado luz y experiencia para que usted pueda
percibir la pecaminosidad de un espíritu apresurado, y controle sus
pasiones. De manera que tan ciertamente como que usted falla en
esto, perderá la vida eterna. Debe vencer esta enfermedad de la
imaginación. Usted es hipersensible, y si se dice una palabra que
favorezca una conducta opuesta a la que ha estado siguiendo, se
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siente herido. Cree que se lo acusa y que debe defenderse y salvar
Véase el capítulo 75, “Imaginación y enfermedad”