Control de una mente sobre otra
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Unidad sin desconocer la identidad
Debemos unirnos ahora [...]. Pero recordemos que la unidad
cristiana no significa que la identidad de una persona debe quedar
ocultada en la de otra, ni que la mente de alguien debe controlar la
de otro. Dios no le ha dado a nadie el poder que algunos, mediante
palabras y actos, pretenden reclamar. El Señor quiere que todo hom-
bre sea libre y siga las indicaciones de su Palabra.—
Testimonies for
the Church 8:212 (1904)
.
La lealtad a Dios en contraposición con la lealtad a los
hombre
Usted pertenece a Dios en alma, cuerpo y espíritu. Su mente
pertenece al Señor, y sus talentos también. Nadie tiene derecho de
controlar la mente de otra persona, ni prescribirle cuál es su deber.
Hay ciertos derechos que le corresponden a todo individuo que sirve
al Altísimo. Nadie tiene más derecho de arrebatarnos esos privilegios
que de quitarnos la vida. Dios nos ha dado libertad para pensar, y es
nuestra oportunidad seguir nuestras impresiones acerca del deber.
Somos solo seres humanos, y un ser humano no tiene jurisdicción
sobre la conciencia de otro [...]. Cada uno de nosotros tiene una
individualidad y una identidad que no pueden ser sometidas a la de
ningún otro ser humano. Como individuos somos obra de Dios.—
Carta 92, 1895
.
Los ministros deben conducir a sus feligreses a Dios
Solo Dios debe ser el guía de la conciencia del hombre. La verdad
ha de ser predicada doquiera se abra una puerta de oportunidad. Hay
que explicar la Palabra de Dios a los que no conocen la verdad. Esta
es la obra de los ministros de Dios. No deben enseñar a los hombres
a que los miren a ellos, ni tratar de controlar las conciencias de los
demás. “Si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios,
el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada.
Pero pida con fe, no dudando nada, porque el que duda es semejante
a la onda del mar, que es arrastrada por el viento y echada de una
Véase el capítulo 29, “Dependencia e independencia”.