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Mente, Carácter y Personalidad 2
Hay que vigilar fielmente el corazón, o los males de afuera
despertarán los males de adentro, y el alma vagará en tinieblas.—
Los Hechos de los Apóstoles, 427 (1911)
.
Efecto de la atmósfera personal
La influencia de los pensamientos y actos de todo hombre es
algo así como una atmósfera invisible, que aspiran sin darse cuenta
quienes se ponen en contacto con él. Esta atmósfera a menudo
está cargada ce influencias ponzoñosas, y cuando se la inhala, el
resultado es la degeneración moral.—
Testimonies for the Church
5:111 (1882)
.
Rodeado de una atmósfera de luz y paz
Cristo ha hecho toda provisión para que su iglesia sea un cuerpo
transformado, iluminado con la Luz del mundo, que posea la gloria
de Emmanuel. Es su propósito que todo cristiano esté rodeado de
una atmósfera espiritual de luz y paz. Desea que nosotros revelemos
su propio gozo en nuestra vida.
La morada del Espíritu en nuestro corazón se revelará por la
manifestación del amor celestial. La plenitud divina fluirá a través
del agente humano consagrado, para ser luego transmitida a los
demás.—
Palabras de Vida del Gran Maestro, 345 (1900)
.
Dependamos constantemente de Dios
Muchos son incapaces de idear planes definidos para el porve-
nir. Su vida es inestimable. No pueden entrever el desenlace de los
asuntos, y esto los llena a menudo de ansiedad e inquietud. Recor-
demos que la vida de los hijos de Dios en este mundo es vida de
peregrino. No tenemos sabiduría para planear nuestra vida. No nos
incumbe amoldar el futuro a nuestra existencia. “Por la fe Abraham,
siendo llamado, obedeció para salir al lugar que había de recibir por
heredad; y salió sin saber dónde iba”.
Hebreos 11:8
.
Cristo, en su vida terrenal, no se trazó planes personales. Aceptó
los planes de Dios para él, y día tras día el Padre se los revelaba. Así
debemos nosotros también depender de Dios, para que nuestras vidas
fueran sencillamente el desarrollo de su voluntad. A medida que le