Página 107 - Mensajes Selectos Tomo 2 (1967)

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11—Hay que estar en guardia
En la obra de Dios predomina la serenidad
El enemigo se está preparando para engañar a todo el mundo
mediante su poder obrador de milagros. Se presentará como ángel de
luz e intentará presentarse como Jesucristo. Todos los que enseñan
la verdad para este tiempo deben predicar la Palabra. Los que se
aferren a la Palabra no abrirán las puertas a Satanás al realizar decla-
raciones descuidadas con referencia a las profecías, a los sueños y
las visiones. En mayor o en menor grado se han estado introduciendo
manifestaciones falsas, aquí y allá, desde 1844, después de la fecha
cuando esperábamos la segunda venida de Cristo. Las hemos tenido
en el caso Garmire, en las declaraciones de K, y en el movimiento
de Stanton
Las tendremos cada vez con más frecuencia, y por lo
tanto, como fieles centinelas, tendremos que estar en guardia. Mu-
chas personas me están enviando cartas en las que relatan visiones
que han tenido y que piensan que es su deber referir. Que el Señor
ayude a sus siervos a ser cautos.
Cuando el Señor tiene un conducto genuino para manifestar
su luz, siempre hay muchas falsificaciones. Satanás se introducirá
indudablemente por cualquier puerta que se abra para darle paso.
Dará mensajes de verdad, y mezclará con la verdad sus propias
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ideas, preparadas para descarriar a las almas, para apartar la mente
y dirigirla hacia los seres humanos y sus enseñanzas, e impedirles
aferrarse firmemente a un “así dice Jehová”. En el trato de Dios
con su pueblo todo es serenidad, y los que confían en él manifiestan
calma y sencillez. Habrá creyentes en la Biblia sencillos, verdaderos
y fervorosos, y también habrá quienes pondrán en práctica la Pala-
bra tanto como quienes solamente la oirán. Habrá personas firmes,
fervorosas y sensibles que confiarán en Dios. El creyente afirmará
su alma desvalida en Jesucristo. Cristo será exaltado. Nuestro deber
consiste en orar, velar y esperar.—
Carta 102, 1894
.
Véase
Testimonios para los Ministros, 29, 59
.
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