Página 108 - Mensajes Selectos Tomo 2 (1967)

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Mensajes Selectos Tomo 2
Un mensaje a una que pretendía tener visione
Se me ha formulado una pregunta concerniente a la actitud que
deberíamos tener hacia la obra de una hermana en Alemania, que
pretende tener visiones. La instrucción que me dio el Señor la noche
pasada es que Dios no dirige a su pueblo para que acuda a esta
hermana en busca de consejos. Si animáramos a esta hermana en
la obra que piensa que ha sido llamada a realizar y en los mensajes
que da, como resultado habría mucha confusión. El Señor no le
ha encomendado la obra de decir qué debe hacer esta persona y
qué debe hacer aquélla. El dice a su pueblo: “Venid a mí todos los
que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Llevad mi
yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde
de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas; porque mi
yugo es fácil, y ligera mi carga”.
Mateo 11:28-30
. “Y si alguno de
vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos
abundantemente y sin reproche, y le será dada. Pero pida con fe,
no dudando nada; porque el que duda es semejante a la onda del
mar, que es arrastrada por el viento y echada de una parte a otra. No
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piense, pues, quien tal haga, que recibirá cosa alguna del Señor”.
Santiago 1:5-7
.
Enseñad a la gente a acudir a Dios individualmente en busca
de dirección, a estudiar las Escrituras y a aconsejarse unos a otros
con humildad, con oración y con fe viva. Pero no estimuléis a esta
hermana para que piense que el Señor le ha dado mensajes para su
pueblo. La instrucción que se me ha dado concerniente a este caso es
que si se animara a esta hermana a pensar que ha recibido mensajes
para otros, el resultado sería desastroso y ella correría el riesgo de
perder su propia alma.
Mi mensaje para esta hermana es: Ande humildemente con Dios,
y vaya a él para beneficio de Ud. misma. Dios no le ha dado la obra
de señalar el deber a otras personas; pero Ud. puede ser una ayuda si
es una cristiana sincera, si procura estimular a otros, y si no pretende
recibir revelaciones sobrenaturales (Manuscrito 64, 1905).
Escrito desde la Ciudad de Wáshington, el 24 de Mayo de 1905.