Página 121 - Mensajes Selectos Tomo 2 (1967)

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Los tres ángeles y el otro ángel
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Muchos investigarán sinceramente la Palabra en busca de luz,
tal como lo hicieron otros en el pasado; y verán la luz en la Palabra.
Pero no pueden tener la misma experiencia que aquellos que vivie-
ron cuando estos mensajes de amonestación fueron proclamados
por primera vez. Como no tuvieron esta experiencia, algunos no
aprecian el valor de las verdades que han sido para nosotros como
postes indicadores, y que han hecho de nosotros un pueblo peculiar.
No aplican correctamente las Escrituras, y en consecuencia inventan
teorías que no son correctas. Es cierto que citan abundantemente
la Escritura y enseñan mucho que es verdad; pero la verdad está
tan mezclada con el error que lleva a conclusiones equivocadas. Y
sin embargo, debido a que pueden tejer la Escritura con sus teorías,
piensan que cuentan con una firme cadena de verdad. Muchas perso-
nas que no han tenido participación en el comienzo de los mensajes,
aceptan esas teorías erróneas y son llevadas por senderos falsos, y
así retroceden en lugar de progresar. Tal es el propósito del enemigo.
[127]
La amenaza de la escritura mal aplicada
Satanás está trabajando para que se repita la historia de la nación
judía en la experiencia de quienes pretenden creer la verdad presente.
Los judíos tenían el Antiguo Testamento, y se creían expertos cono-
cedores de él. Pero cometieron un terrible error. Consideraron que
las profecías que se refieren a la gloriosa segunda venida de Cristo
en las nubes de los cielos aludían a su primera venida. Como no vino
de acuerdo con lo que ellos esperaban, se alejaron de él. Satanás
conocía la mejor forma de atrapar en sus redes a estos hombres, y
de engañarlos y destruirlos...
Ese mismo Satanás trabaja actualmente para debilitar la fe del
pueblo de Dios. Hay personas que están listas para apoderarse de
cada idea novedosa. Las profecías de Daniel y Apocalipsis son mal
interpretadas. Estas personas no consideran que la verdad ha sido
establecida en el momento preciso por los mismos hombres a quie-
nes Dios guiaba para que llevaran a cabo esta obra especial. Estos
hombres siguieron paso a paso el cumplimiento de las profecías,
de modo que los que no han tenido una experiencia personal en
esta obra deben aceptar la Palabra de Dios y creer “en la Palabra
de ellos”, de los que han sido conducidos por el Señor en la procla-