Página 144 - Mensajes Selectos Tomo 2 (1967)

Basic HTML Version

140
Mensajes Selectos Tomo 2
El Salvador nos dice: “No os hagáis tesoros en la tierra donde la
polilla y el orín corrompen, y donde ladrones minan y hurtan; sino
haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín corrompen,
y donde ladrones no minan ni hurtan. Porque donde esté vuestro
tesoro allí estará también vuestro corazón”.
Mateo 6:19-21
.
Muchos están poniendo sus tesoros en estas sociedades secretas,
¿y no podemos ver que su corazón está allí? No importa cuán podero-
sas sean las evidencias de la verdad, poco a poco éstas van perdiendo
su brillo y su fuerza, el cielo se borra de la mente, y el eterno peso de
gloria, y el don de Dios por una vida de obediencia, aparecen como
cosas sin importancia en comparación con los supuestos beneficios
que se obtendrán al hacerse tesoros en este mundo. Hay almas que
perecen por falta del pan y el agua de la vida, ¿pero qué significa
eso para aquel cuyo corazón está puesto en este mundo? Más de una
persona está diciendo con sus acciones, si no por sus palabras: “Yo
no puedo perder mis intereses en los tesoros terrenales, para asegurar
lo que es eterno. La vida futura está demasiado remota para que me
ocupe de ella. Elijo los dioses terrenos, y correré el riesgo del futuro.
Después de todo, Dios es bueno y misericordioso”. ¡Siervo infiel! Tu
[155]
porción ciertamente está con los hipócritas y los incrédulos mientras
continúes esa conducta. La fascinación que ejercen la sala del club,
las cenas y las compañías mundanales, ha conducido, tal como la
fiesta de Belsasar, a olvidar a Dios y a deshonrar su nombre.
¿Colaborará ud. con Dios?
Las mentes humanas están sumidas en una ceguera voluntaria.
Jesús dijo: “El corazón de este pueblo se ha engrosado, y con los
oídos oyen pesadamente, y han cerrado sus ojos; para que no vean
con los ojos, y oigan con los oídos, y con el corazón entiendan, y se
conviertan, y yo los sane”.
Mateo 13:15
. La obra de Dios en favor
de la salvación de los hombres es la obra de suprema importancia
que debe llevarse a cabo en nuestro mundo; pero muchos no com-
prenden esto, porque su interés está más en las filas del enemigo
que en las de los leales soldados de Cristo. No ven la necesidad
de colaboración entre los instrumentos humanos y los divinos. El
Señor nos ha ordenado: “Ocupaos en vuestra salvación con temor
y temblor, porque Dios es el que en vosotros produce así el querer